Lunes 30 de junio. La tensión está a punto de estallar en la colonia De la Reina. Lo que parecía un simple episodio de reconciliaciones familiares se transforma en una partida mortal de ajedrez donde cada pieza se mueve con segundas intenciones.
Todo comienza con Don Pedro, inquisitivo como nunca, quien enfrenta a Marta en una conversación cargada de doble filo. “¿Cuáles son las verdaderas ambiciones de Pelayo?”, pregunta. Marta, entre la incomodidad y la sospecha, empieza a darse cuenta de que el empresario ya no solo observa… sino que investiga.
Mientras tanto, Chema, víctima de una lesión en el cuello, se ve obligado a dejar su trabajo. El regreso a casa de su hermana promete ser todo menos pacífico. Tasio, con su eterno juicio silencioso, lo recibe como una carga más. La tensión entre hermanos vuelve a colarse como un huésped no deseado.
Pero el centro de la tormenta lleva un solo nombre: Gabriel. El abogado, cada vez más seguro de su juego, muestra su verdadera cara a María. Atrás quedó el hombre atento; ahora hay frialdad, cálculo y ambición. “Yo no soy Jesús”, le dice. Pero sus actos empiezan a demostrar lo contrario. En su acercamiento para conseguir su voto en la junta, descubre un secreto que puede desequilibrar toda la familia: María mantiene un vínculo oculto con Don Pedro.
Damián, por su parte, quiere que Gabriel se convierta oficialmente en el abogado de la empresa. Pero para lograrlo, necesita los votos de María y Tasio… y ninguno parece dispuesto a regalar su confianza. La votación en la próxima junta será una batalla feroz.
En medio del caos, Digna intenta construir un puente roto. Planea una cena familiar para calmar las aguas entre Joaquín y el resto de los Merino. Gema, esperanzada, anima a Joaquín a asistir. Pero Joaquín tiene otros planes: ha confiado a Luis que sigue convencido de que Don Pedro oculta algo muy grave. Cree estar más cerca que nunca de destaparlo.
Y como si no bastara, Marta, tras una inquietante conversación con Don Pedro, se precipita hacia Pelayo con una advertencia: “Sospecha de ti… y creo que podría saberlo todo sobre tu orientación.”
Ese secreto que ambos han querido esconder ahora podría volverse contra ellos…
Y nadie sabe con qué armas juega Don Pedro.
Todo está en movimiento.
Todo está a punto de explotar.
Y en el centro, Gabriel, el nuevo lobo con piel de cordero, listo para devorar lo que quede del linaje de la Reina.