El capítulo 327 de Sueños de libertad viene cargado de giros inesperados, traiciones desgarradoras y decisiones que cambiarán el rumbo de todos los personajes. A partir del miércoles, los secretos mejor guardados comienzan a salir a la luz, dejando al descubierto los juegos de poder, las alianzas ocultas y las heridas que aún supuran en la familia de los De la Reina.
Todo comienza con un descubrimiento que sacude a Irene hasta lo más profundo. Amadeo Rojas, en quien había depositado su confianza, resulta ser un agente encubierto al servicio de Damián. La traición cae como un rayo en la vida de Irene, que siente cómo el suelo se quiebra bajo sus pies. La desilusión es tan grande que apenas puede sostener la compostura mientras confirma que todo había sido un engaño cuidadosamente planeado.
Mientras tanto, Damián se muestra entusiasmado con Gabriel, a quien considera digno de incorporarse a su círculo íntimo. Su admiración por el joven lo lleva a proponer una cena formal para presentarlo ante toda la familia. Pero la propuesta choca de frente con Andrés, que se opone firmemente. La delicada situación de salud de María hace que cualquier tipo de celebración parezca inapropiada. Aunque Damián parece ceder al principio, pronto Gabriel logra influirlo con palabras dulces y un discurso que apela al honor familiar. Damián, obnubilado, termina imponiendo su voluntad: la cena se celebrará, pese al desacuerdo de sus hijos. La decisión no solo ahonda la brecha familiar, sino que revela hasta dónde está dispuesto a llegar por mantener su autoridad.
En paralelo, el sargento Pontón aparece en la finca con un informe revelador: Borris, el desaparecido trabajador, ha escapado a América junto a su familia. Para Tamia, esta noticia es más que un golpe, es un eco del pasado que vuelve para atormentarla, una traición que no puede olvidar.
Raúl, por su parte, se muestra cada vez más convencido de que Andrés está detrás del accidente de María. Su rabia lo empuja a enfrentarse a Manuela, decidido a buscar justicia por su cuenta. Cree que lo ocurrido no fue una simple desgracia, sino una trampa tendida con premeditación. Mientras tanto, María sigue internada en el hospital, pero recibe la visita de don Pedro. La joven, frágil pero firme, le confiesa cada detalle de su caída. Pedro, alarmado, le ofrece recursos legales para demandar a Andrés, pero ella lo rechaza. Confía en su marido, en su palabra y en su integridad. Prefiere sostenerse en la esperanza antes que dejarse llevar por el rencor.
Pero el terremoto mayor lo provoca Damián cuando se encuentra con Digna para revelarle un secreto que puede hacerlo todo estallar: fue Pedro quien provocó la caída de Joaquín, manipulando a los trabajadores y luego posando como el salvador. Este plan calculado no solo destruyó a un hombre, sino que sembró las semillas de la discordia entre los Merino. Damián sabe que esta revelación puede demoler lo que queda del equilibrio familiar, pero la verdad ya no puede esperar más.
Luz, mientras tanto, enfrenta su propio reto. El examen final para obtener su título médico no será solo escrito: también debe hacer una exposición oral. La presión se vuelve insoportable. La ansiedad la consume mientras intenta aferrarse a sus estudios. Sabe que este momento es decisivo, y aunque el miedo la atenaza, no piensa rendirse.
En las perfumerías de la Reina, Cristina enfrenta su primer gran desafío. Marta llega con un pedido urgente: deben desarrollar tres fragancias distintas en tiempo récord para un importante diseñador. La responsabilidad recae sobre Cristina, cuya creatividad será crucial para el éxito. Pero también está en juego su credibilidad ante Luis, quien empieza a ver en ella a alguien con verdadero talento. Cada decisión que tome, cada aroma que cree, marcará su destino profesional.
Al mismo tiempo, Begoña nota cómo Andrés se aleja más cada día. Su corazón le dice que María está manipulándolo, aprovechando su culpa y su fragilidad emocional. La idea de perderlo para siempre la consume, pero lo peor está por venir. Cuando María recibe el alta médica y regresa a la casa de los De la Reina, Raúl insiste en acompañarla, decidido a protegerla incluso de Andrés. Pero María, con una firmeza inesperada, lo rechaza. Ha elegido quedarse con Andrés, cueste lo que cueste. Sabe que caminar a su lado es arriesgado, pero también es lo único que quiere.
Irene, tras hablar con Cristina, empieza a sospechar que Amador Rojas podría ser más que un simple técnico en prevención de riesgos. La idea de que trabaje para Damián se instala con fuerza en su mente. Decide seguirlo en silencio, hasta confirmar sus peores temores. Lo confronta sin rodeos, pero él niega todo con una frialdad inquietante. La tensión entre ambos queda latente, y la sensación de peligro es más fuerte que nunca.
De vuelta en la finca, María se planta firme ante Begoña. No hay lugar para dudas: Andrés es suyo y no permitirá más interferencias. Begoña entiende, al fin, que ha perdido. María ha ganado otra batalla, y esta vez parece definitiva.
Con tantos secretos desvelados y heridas abiertas, el episodio 327 de Sueños de libertad se convierte en una tormenta emocional que arrasa con todo. La verdad ya no puede esconderse más. Las máscaras caen, los lazos se tensan, y los personajes deberán decidir si enfrentan sus culpas o si siguen huyendo de ellas.
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