El clima en la mansión Reina está cargado de tensión, secretos y heridas que ya no se pueden ocultar. En el centro del nuevo conflicto está Digna, quien ha decidido tomar partido… y lo hace contra su propio hijo, Joaquín. Lo que parecía una familia fracturada, ahora se rompe aún más: la madre se alinea con don Pedro, mientras Joaquín, cada vez más decidido, continúa investigando los oscuros secretos del patriarca.

Todo comienza con una traición emocional. Joaquín, que no ha cesado en su intento de desenmascarar a don Pedro, busca desesperadamente pistas sobre su supuesta implicación en actividades ilegales. Pero sus sospechas no sólo lo aíslan de la familia, sino que también lo enfrentan directamente con Digna. Ella no puede soportar que su hijo intente destruir al hombre que ella aún defiende a capa y espada. Cuando lo sorprende revisando las pertenencias de don Pedro en plena casa de los Carpena, estalla. Su dolor se mezcla con rabia, y el enfrentamiento es inevitable. “¿Hasta dónde vas a llegar?”, le grita. “¡Ese hombre ha sido más honesto que nadie, y tú… tú solo traes vergüenza a esta familia!”. Joaquín, herido pero firme, no se disculpa. “Tengo derecho a saber la verdad”, responde, antes de marcharse abatido, dejando a su madre al borde del llanto.

Mientras tanto, en otro rincón de la historia, se teje una estrategia que podría alterar para siempre la estructura de poder en las perfumerías Reina. Damián, en un movimiento que parece generoso pero está lleno de intenciones ocultas, le propone a Gabriel convertirse en el nuevo abogado de la familia. No solo eso: le ofrece vivir en la casa grande, como uno más. Gabriel, cegado por la aparente aceptación y ansioso por ganar terreno, acepta encantado. Lo que no sabe es que su cercanía al núcleo familiar lo pone en el punto de mira… y podría acabar pagando un precio muy alto por esa ambición.

Mientras tanto, la vida dentro de la mansión continúa, pero las emociones están a flor de piel. Julia logra acercarse a María, gracias al permiso de una Begoña visiblemente incómoda. Ambas intentan esconder el dolor que cargan, pero Julia, con su mirada limpia, nota algo extraño y pregunta directamente: “¿Qué os ha pasado?”. María y la niña intentan suavizar la respuesta, construyendo una historia dulce que solo posterga lo inevitable. Esa escena, tan tierna como desgarradora, resume la hipocresía emocional que envuelve a la familia.

Por otro lado, Lu vive uno de sus momentos más duros. Descubre que su examen de medicina no ha salido como esperaba: respuestas erróneas, exposición floja, y la sombra del fracaso rondándola. Begoña le confirma, con una voz temblorosa, que esa era su última oportunidad. Si no aprueba, su sueño de ser médica desaparecerá para siempre. Lu, desesperada, comienza a tambalearse emocionalmente, mientras se convence de que todo lo que ha construido podría derrumbarse en un instante.

A pesar del caos, hay quienes encuentran una nueva esperanza. Luis y Cristina, con el respaldo de Cobeaga, se embarcan en la creación de la fragancia definitiva. Cristina, con su intuición natural, logra ganarse la confianza de un Luis cada vez más humano y menos autoritario. Pero el reto es grande: ¿podrán convencer a un maestro perfumista tan exigente como Alonso Cobeaga? Solo el tiempo lo dirá.

En paralelo, Begoña decide confesarle a Andrés algo que lleva tiempo rumiando en silencio: su sospecha de que María intentó suicidarse. Andrés, aún atormentado por la culpa de haberla dejado en silla de ruedas, se niega a aceptarlo. Más tarde, él y Digna visitan a María, y es entonces cuando don Pedro le lanza una crítica directa: su trabajo en la fábrica se ha resentido por pasar tanto tiempo con ella. María, conmovida, lo anima a retomar sus responsabilidades. Su actitud parece cambiar: acepta que Andrés contrate a una enfermera para ayudarla, y se muestra más dispuesta a avanzar, aunque con la condición de que él no desaparezca de su lado.

Damián, durante esa misma visita, aprovecha para confirmar que Gabriel será parte del equipo legal de la empresa. Esto genera una fuerte discusión con don Pedro, quien se opone a que otro miembro de los Reina tenga tanto poder. La tensión entre ambos crece, y Damián comienza a mostrar una faceta mucho más ambiciosa y peligrosa de lo que aparentaba.

Joaquín, por su parte, no se rinde. Va a ver al sargento Pontón para preguntar por Gorris, tratando de enlazarlo con don Pedro, pero el oficial le responde que sin pruebas no puede hacer nada: Gorris está probablemente en Venezuela, y no hay forma de abrir una investigación. Así, Joaquín se queda atrapado en un callejón sin salida, cada vez más solo, cada vez más señalado.

En la tienda, Claudia comparte emocionada con sus compañeras los avances en el proyecto de la casa Kuna. Habla con especial entusiasmo sobre la ayuda que está recibiendo de Chema, lo que llama la atención de Carmen… y despierta cierta envidia en Fina. Esa alegría ajena le recuerda que ella también desea encontrar algo que le devuelva ilusión. ¿Será este el inicio de un nuevo conflicto emocional para Fina?

Finalmente, todo estalla cuando Joaquín vuelve a casa decidido a encontrar pruebas contra don Pedro… y es descubierto por Digna. El momento es devastador. La mujer no puede contener las lágrimas ni la ira. Su hijo, el que tanto defendió, el que crió con valores, ahora le parece un extraño. Las palabras que intercambian son cuchillos disfrazados de frases familiares. Joaquín se va, derrotado, pero sin perder la convicción. Digna, en cambio, se queda sola… entre el amor a su hijo y la lealtad ciega a un hombre que quizá no merece ninguna.

📺 No te pierdas el próximo episodio de “Sueños de Libertad” este lunes a las 15:45h por Antena 3.
🔥 ¿Qué secretos esconde don Pedro? ¿Podrá Joaquín encontrar la verdad antes de perderlo todo? La guerra en la familia Reina ya ha comenzado…