En La Promesa, los vientos de guerra soplan de nuevo desde la zona de servicio. Tras su polémica salida y las amenazas veladas que lanzó como dardos envenenados, Petra Arcos está de vuelta… y no ha regresado precisamente en son de paz. Como si de un toro bravo se tratara, la antigua ama de llaves irrumpe en la serie con una sola misión: vengar su humillación y recuperar su trono a cualquier precio.

“Lo pagaréis. Se arrepentirán de haberme tratado con tanta injusticia.” Fueron las palabras con las que Petra se despidió del Palacio de los Luján. Y como ya se presagiaba entonces, su marcha no era definitiva. Solo han pasado dos semanas desde su ausencia, pero el ambiente ha cambiado radicalmente desde entonces. La calma en la zona de servicio era evidente, con una armonía casi inusual… hasta ahora.

La reaparición de Petra, interpretada magistralmente por Marga Martínez, se convierte en el gran giro de la semana. Y no viene sola. Viene envalentonada, con sed de revancha y el respaldo inesperado de la nueva señora de la casa: doña Leocadia. La alianza entre ambas promete desencadenar un torbellino de caos y tensiones que hará tambalear los frágiles equilibrios del palacio.

Durante su ausencia, muchos respiraron aliviados. Su trato despiadado, especialmente hacia Pía Adarre y María Fernández, había sido fuente de múltiples conflictos. Recordemos cómo Petra, tras el salto temporal de seis meses, reapareció en su papel más oscuro, ejerciendo su poder como ama de llaves con puño de hierro. Ahora, con el regreso de esa misma Petra, la tensión se puede cortar con un cuchillo.

Doña Leocadia, fiel a su estilo maquiavélico, no ha dudado en reinsertarla en su antiguo cargo. Y lo ha hecho con la excusa de garantizar que todo funcione correctamente durante la gran fiesta que se celebrará en honor al título concedido por el rey Adriano. Pero todos sabemos que su verdadero objetivo es tener un peón fiel y cruel que imponga el orden que a ella le conviene.

María Fernández, que se enfrentó abiertamente a Petra, será una de las primeras víctimas. Petra no ha olvidado la carta enviada al obispado ni las insinuaciones que pusieron en jaque su autoridad. El odio acumulado no se ha disipado… solo ha madurado como el veneno.

Mientras tanto, otras figuras clave como Teresa, Emilia y el padre Samuel intentarán hacer entrar en razón a Petra. Pero todo parece indicar que su corazón, endurecido por el resentimiento, ya no tiene espacio para la reflexión. Es más, Samuel se verá chantajeado por Petra, quien amenaza con desvelar su beso con María Fernández. Un intento burdo de controlar al exsacerdote, aunque ahora que ha colgado los hábitos, el escándalo parece tener menos peso del que Petra cree.

Pero el punto álgido llegará cuando Rómulo, en una emotiva escena, intente motivar al equipo de servicio para que la fiesta sea un éxito. Él sabe que está a punto de dejar el palacio y quiere irse con honor. No obstante, Petra sabotea este esfuerzo con sus habituales desplantes y maltratos. La balanza emocional se inclina hacia el caos, mientras se prepara el evento más esperado del mes.

Este regreso no es solo el de una antagonista más. Petra vuelve con una energía destructiva que amenaza con reconfigurar todas las relaciones dentro del palacio. Y lo peor es que parece que nadie puede detenerla. Ni los consejos de Samuel, ni las súplicas de Teresa, ni siquiera la amenaza de perder definitivamente su lugar.

Lo más preocupante es que esta vuelta ha sido cuidadosamente orquestada por doña Leocadia. ¿Qué traman realmente estas dos mujeres? ¿Hasta dónde están dispuestas a llegar por mantener el control? ¿Y cuánto más podrán resistir los habitantes del palacio bajo esta nueva tiranía?

La fiesta que se avecina será el escenario perfecto para nuevos enfrentamientos, miradas cruzadas, secretos a punto de estallar y alianzas inesperadas. Si algo ha dejado claro La Promesa hasta ahora, es que ningún personaje está a salvo, y que el verdadero peligro suele venir desde dentro.

Petra ha vuelto. Y esta vez, no se irá sin cobrarse su venganza. La guerra silenciosa que se está gestando podría explotar en cualquier momento. La cuenta atrás ha comenzado.

¿Estás preparado para lo que viene? Porque La Promesa no ha hecho más que intensificarse. Esta semana será… imposible de olvidar.