“No todos los fuegos destruyen… algunos revelan lo que durante años se intentó enterrar.”
El ambiente en el palacio de los duques de Carril estaba enrarecido, como si cada rincón ocultara un suspiro de conspiración. Lope, ajeno al peligro que se avecinaba, se encontraba en el gran salón conversando con Federico. El joven duque, marcado por la pérdida de su hermana, removía los fantasmas de su pasado, sin saber que en aquella misma sala se encontraba la pieza clave de un futuro estallido.
Entre papeles, objetos olvidados y cenizas por arder, el legendario libro dorado descansaba a centímetros del fuego. Un gesto rutinario estuvo a punto de borrarlo del mapa. Pero Lope, guiado por una intuición inexplicable, lo rescató justo a tiempo. Lo que encontró dentro de sus páginas transformó su mundo: no solo era un recetario, sino el diario personal del duque de Carvajal y Cifuentes, donde se confesaba un secreto estremecedor: Curro no era hijo de Alonso Luján, sino del mismísimo duque.
Mientras tanto, en el corazón del palacio, Catalina libraba su propia batalla. Su propuesta de dar voz a los jornaleros en la gestión de la finca no solo irritaba a Cruz y al varón de Valladares, sino que ponía en jaque el delicado equilibrio de poder. En la biblioteca, sus ideas chocaban con siglos de tradición. Pero Catalina no se rendía. Su voz era la de una nueva generación que ya no tolera el silencio ni la sumisión.
Lejos de ahí, Martina y Jacobo, ocultos en la penumbra, tejían un plan de traición. Decididos a destruir la reputación de Catalina, idearon una carta falsa dirigida a un periodista radical, en la que ella supuestamente apoyaba una revuelta campesina. El objetivo: hacer que Manuel la creyera una sediciosa y arruinarla para siempre.
En el hangar, la tensión también se palpaba. Enora y Leocadia protagonizaban una guerra fría, alimentada por celos, orgullo y heridas del pasado. La llegada de Enora despertaba sospechas y resentimientos en Leocadia, quien veía en ella una amenaza no solo profesional, sino también personal. Manuel, atrapado entre ambas, trataba de mediar mientras el ambiente se cargaba de resentimiento no dicho.
Al mismo tiempo, Cristóbal Ballesteros, el nuevo mayordomo, imponía su autoridad entre los criados, vigilando cada movimiento con precisión militar. Sus ojos estaban fijos en Petra y sus interrogatorios rozaban lo personal. Pero había un motivo oculto: él también estaba tras el secreto del libro dorado.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando Curro encontró una carta nunca enviada. Una misiva escrita por su supuesto padre, Alonso, dirigida al duque, en la que negociaba su silencio para protegerlo. Esa revelación destrozó lo poco que quedaba de su confianza. El muchacho entendió entonces que su existencia había sido una moneda de cambio.
Pero Lope tenía el poder de cambiarlo todo. El libro que rescató revelaba que Curro era fruto de una relación entre el duque de Carvajal y una criada. Una historia de pecado, vergüenza y manipulación. Y lo más devastador: una red de silencios y complicidades que ahora amenazaba con explotar.
La carta de Catalina falsa, las miradas venenosas entre Enora y Leocadia, la manipulación de Lisandro y la resistencia silenciosa de Curro… todo convergía en un solo eje: la verdad ardiente que descansaba entre páginas rescatadas del fuego.
¿Será Curro capaz de enfrentar su nuevo linaje? ¿Descubrirá Lope el valor de hablar antes de que sea demasiado tarde? ¿Y caerá Catalina víctima de la trampa que tejieron quienes más cerca la tenían?