La tensión en el Palacio de los Luján alcanza un punto de ebullición en el esperado capítulo 586 de La Promesa, que se emitirá el viernes 2 de mayo a las 17:40, tras el descanso del jueves por el festivo nacional. Lo que parecía una jornada más en la aristocrática residencia se transforma en un torbellino de emociones, traiciones y revelaciones inesperadas.
Todo comienza con el profundo desencanto de Catalina, quien se siente completamente traicionada por su padre, el marqués Don Alonso. Cuando creía que por fin podría sellar su amor con Adriano, con el beneplácito paterno, Alonso da un inesperado giro. Manipulado por las insidiosas advertencias de doña Leocadia, le ruega a su hija que aplace la boda. ¿Su excusa? Evitar un posible escándalo que termine de arruinar la ya frágil reputación de los Luján. Pero para Catalina, esto es solo una muestra más de cobardía. En un arranque de rabia, lo llama sin rodeos un cobarde sin agallas, incapaz de plantar cara a nadie, especialmente a Leocadia, cuya influencia es cada vez más palpable.
Mientras tanto, en la zona de servicio del palacio, el ambiente está igual de cargado. Teresa y Vera, expertas en enterarse de todo lo que ocurre, han centrado ahora su atención en la extraña conexión entre Rómulo Baeza y la misteriosa enfermera Emilia Suárez. Las sirvientas están convencidas de que entre ambos hay un pasado común que nadie ha querido revelar. Decididas a averiguarlo, no tardan en compartir sus sospechas con Pía Adarre, abriendo así otra caja de Pandora que podría tener consecuencias insospechadas.
En otro rincón del palacio, Manuel sigue intentando levantar su taller de motores de avión junto a Toño, el hijo de Simona. Pero los sueños necesitan dinero, y los recursos de los Luján ya no son lo que eran. Manuel decide entonces acudir al banco a pedir un crédito, sin imaginar que el banquero, don Montejo, se lo negará sin contemplaciones. El apellido Luján ya no impone respeto, y el joven se ve de repente atrapado en una encrucijada económica. Todo apunta a que la única que podría ofrecerle una solución es… Leocadia. ¿Pero a qué precio? Esta mujer parece tejer su red alrededor de todos, deseando que cada miembro de la familia dependa de ella, y consolidando su ascenso silencioso al poder.
Y hablando de Leocadia, nuevas sospechas emergen sobre la procedencia de su repentina fortuna. Hay quienes piensan que ha encontrado el maletín del padre de Vera, que la marquesa escondía celosamente. Si esto se confirma, Leocadia no solo estaría manipulando al marqués y controlando las finanzas, sino también utilizando un dinero que no le pertenece. Un robo encubierto, un movimiento calculado que revela su ambición desmedida.
Pero si hay un momento que marcará el capítulo es sin duda el impactante regreso de Eugenia. Curro, ansioso por recuperar el vínculo perdido con su madre, se enfrenta a una situación emocionalmente devastadora. El capitán Lorenzo de la Mata, sin el menor atisbo de empatía, recibe a Eugenia con desprecio y agresividad, recordándole con cada palabra su pasado en el sanatorio. Incluso Alonso, aunque intenta frenar los exabruptos de Lorenzo, no se atreve a defender del todo a su esposa. La situación es tan violenta que los espectadores sentirán una indignación visceral ante semejante humillación.
Pero Eugenia no es la misma de antes. Ha regresado con una claridad mental desconcertante, gracias –según ella misma contará más tarde– a los avances médicos y a la ayuda del conde de Ayala, quien le retiró los sedantes que la mantenían dopada. Cuando Eugenia interrumpe una llamada telefónica en la que Alonso intenta devolverla al sanatorio, se planta con firmeza, cuelga el teléfono y lo encara con plena lucidez. La familia queda estupefacta. ¿Es posible que Eugenia haya fingido su fragilidad para observar a todos y decidir su siguiente paso? Todo indica que sí. Y ahora, con su mente despejada, está lista para ajustar cuentas, especialmente con Lorenzo, a quien no piensa permitirle que vuelva a maltratarla.
Durante una tensa comida familiar, Eugenia se enfrenta a todos, dando explicaciones sobre su recuperación. Su firmeza y serenidad desconciertan a los presentes. Se acabó la mujer callada y sumisa. Ahora ha vuelto para reclamar su lugar y dejar claro que no será silenciada jamás. ¿Cómo reaccionará Lorenzo? ¿Intentará desprestigiarla o cederá ante la evidencia?
Mientras tanto, en el plano de los criados, Petra parece abrirse tímidamente a sus compañeros, especialmente gracias al apoyo de Samuel, quien la alienta a cambiar su actitud. Su vínculo con Alicia, la nueva amiga a quien intenta conseguirle trabajo, muestra un lado más humano de Petra. ¿Será este el inicio de su redención o solo una pausa en su comportamiento altivo?
En paralelo, Ángela comienza a hurgar en su pasado, buscando respuestas en su madre Leocadia sobre los secretos que rodean a Curro. La sombra de lo oculto se cierne sobre ambos, y todo parece indicar que pronto saldrá a la luz algo que cambiará para siempre su percepción.
Y en medio de todo, Martina regresa del polémico viaje a visitar a tía Cruz en prisión, pero el reencuentro con Catalina y Manuel no es el que esperaba. Ambos están dolidos por su decisión, lo que provoca en ella una tristeza profunda. Abrumada por los conflictos y por el comportamiento cada vez más áspero de su prometido, San Jacobo, Martina confiesa a Ángela que su relación está rota por dentro. Se siente sola, juzgada y presionada. Su desesperación la lleva a plantearse seriamente si debe seguir adelante con el compromiso. ¿Será capaz de romper con todo y empezar de nuevo?
Este capítulo promete emociones intensas, revelaciones inesperadas y decisiones que marcarán el rumbo de La Promesa.
¿Estás preparado para el drama? Porque el viernes, a las 17:40, la verdad explota en palacio.