En el esperado capítulo 602 de La Promesa, que se emitirá el lunes 26 de mayo a las 18:00, se desatarán varios giros sorprendentes que podrían cambiar el destino de muchos personajes. El episodio comienza con el desconcierto de Manuel tras la repentina aparición de Toño, el hijo de Simona, quien hace poco se presentó en el hangar para informar que había sido víctima de un robo de dinero y de su automóvil. Toño afirma haber puesto una denuncia formal en el cuartelillo de la Guardia Civil y entrega a Manuel un número de teléfono para que verifique la historia directamente.
En este capítulo, Manuel decide tomar cartas en el asunto y realiza una llamada al supuesto cuartel de Valverde de la Jara. Sin embargo, lo que escucha al otro lado del teléfono lo deja profundamente perplejo: risas, música y un ambiente que dista mucho del de una institución oficial. Confundido y algo preocupado, decide compartir lo ocurrido con su prima Martina, quien también queda sorprendida. Manuel, decidido a aclarar la situación, traslada el caso al sargento Burdina, esperando una investigación más seria. Lo que aún no sabe Manuel es que probablemente ha sido víctima de un engaño, y todo apunta a que el número entregado por Toño pertenece en realidad a algún burdel o taberna donde le han seguido el juego al joven para mantener viva la mentira. El único que todavía no ha descubierto las verdaderas intenciones de Toño es el propio Manuel.
Mientras tanto, en otro rincón de La Promesa, don Lisandro continúa con su actitud despreciativa hacia Curro. El duque parece disfrutar humillando al joven en público, mostrándose cada vez más cruel e insensible. Durante una escena particularmente tensa, Curro sirve bebidas a Lisandro y a San Jacobo, el prometido de Martina. Por accidente, se derrama una copa, y don Lisandro no pierde la oportunidad de hacer un escándalo, exigiendo que Curro se disculpe con Jacobo. Afortunadamente, Jacobo muestra una actitud mucho más comprensiva, indicando que no es necesario disculparse porque no ha sido gran cosa. Sin embargo, Lisandro insiste en que Jacobo no debe ser tan indulgente con los sirvientes, mostrando así su desprecio hacia Curro y dejando claro que sigue disfrutando de su rol de opresor dentro del palacio.
En esa misma escena, Adriano se aproxima y reconoce al duque, afirmando que su rostro le resulta familiar, tal como si estuviera en un programa de televisión. Lisandro, con su habitual arrogancia, le responde que eso es imposible, pues él pertenece a la nobleza y jamás se relacionaría con campesinos. No obstante, cuando Adriano menciona que lo ha visto relacionado con el antiguo patrón del Conde de Monteverde, el rostro del duque cambia visiblemente. Nervioso, no logra esconder del todo su incomodidad, lo que despierta aún más sospechas. Más tarde, Adriano comparte esta conversación con su esposa Catalina (o señorita, como a algunos les gusta llamarla), y ambos reflexionan sobre la oportunidad que se les presenta: quizá Adriano pueda liberar al marqués de Luján del control que ejerce Lisandro sobre él, utilizando esa información del pasado turbio del duque. Todo indica que el poder de Lisandro podría estar llegando a su fin gracias a esta revelación inesperada.
Por otro lado, el plan de Leocadia —alias la postiza— para manipular al marqués sigue dando resultados. En este nuevo capítulo, el marqués le agradece de nuevo todo lo que ha hecho por su familia, lo que tiene a Leocadia completamente encantada y disfrutando del creciente control que ejerce sobre él. La mujer se siente cada vez más poderosa, sabiendo que ha logrado poner al marqués a sus pies con su falsa fachada de entrega y lealtad.

Curro, por su parte, continúa mostrando su generosidad. Le pide a López que le regale a Vera la joya que ambos compraron en la joyería El Job, ya que él no tiene pareja y prefiere que al menos ella la disfrute. En este episodio, López finalmente sigue el consejo y entrega a Vera una valiosa pulsera de esmeralda. Vera, sorprendida y algo desconfiada, interroga a López para saber cómo ha conseguido una joya de tanto valor. Como hija de duques, reconoce de inmediato que no se trata de una pieza común, y empieza a sospechar que hay algo oculto tras este gesto. López, atrapado, se debate entre contarle la verdad o inventar una excusa. Le promete que le dirá todo si ella guarda el secreto… pero queda en duda si realmente le revelará la verdad o sólo una versión edulcorada.
En la zona de servicio, la tensión entre Emilia y Rómulo finalmente comienza a disiparse. Tras semanas de discusiones y malentendidos, el mayordomo ha recapacitado, se ha disculpado y ha retomado el diálogo con Emilia. En este capítulo veremos cómo ambos dan un paso más hacia la reconciliación, mostrándose más cercanos y cómplices. La gran incógnita es si serán capaces de dejar el pasado atrás y construir algo nuevo juntos.
Y volvemos con Leocadia, quien ahora también manipula a Eugenia. Con su astucia habitual, la postiza le asegura a Eugenia que posee información sobre Cruz, manteniéndola entretenida mientras ella ejecuta otro siniestro plan. Lorenzo, el capitán de la Mata, siguiendo las instrucciones de Leocadia, decide suministrarle láudano a Eugenia de forma discreta: lo mezcla en el linimento que se usa para masajear sus piernas. Según Leocadia, después de tantos años sin consumir la sustancia, Eugenia podría reaccionar al láudano como un alcohólico lo haría al oler vino, generando una recaída involuntaria. La intención, evidentemente, es desestabilizarla mentalmente y lograr su salida definitiva del palacio. Sin embargo, la pregunta queda en el aire: ¿realmente Eugenia caerá en la trampa? Puede que no sea tan ingenua como todos creen, y que finalmente logre sorprender a sus enemigos.
Así, el capítulo 602 de La Promesa se perfila como uno lleno de tensión, secretos, manipulaciones y revelaciones que pondrán en jaque a más de un personaje. Todo está listo para un lunes cargado de emociones y giros inesperados.