En La Promesa, la oscuridad cae sobre el palacio de los Luján en el momento más inesperado. Lo que debía ser una velada de gloria para Adriano, el nuevo conde, se convierte en un desastre humillante. Pero nadie, ni siquiera los conspiradores Lisandro y Leocadia, estaban preparados para lo que ocurriría después…
Yana está viva. Y regresa para ajustar cuentas.
Herida, con el rostro marcado por el dolor pero la mirada firme, atraviesa las puertas del palacio para enfrentarse a los que intentaron asesinarla. La doncella que todos daban por muerta ha vuelto… y con ella, la verdad.
Mientras tanto, en los salones aún resuenan los ecos de una celebración fracasada. Adriano, nervioso, errático, se convierte en el hazmerreír de la nobleza. Su titubeo, sus errores al hablar, su olvido de nombres importantes —todo se convierte en un espectáculo que desarma la débil autoridad que Alonso intentaba imponerle.
En un salón apartado, Lisandro y Leocadia se relamen con el desastre. Ella lo celebra como una victoria. Él, más frío, sabe que no basta con el ridículo: la verdadera destrucción necesita pruebas, venenos y escándalos que no puedan borrarse con el paso del tiempo.
Y justo cuando creen tenerlo todo bajo control… Jana reaparece. Viva. Cambiada. Dispuesta a hacer justicia.
Tiene pruebas. Tiene nombres. Tiene los objetos que Leocadia usó para intentar matarla. Y no está sola: Petra, antes fiel doncella, ahora amenaza con revelar secretos que podrían incendiar todo el legado de los Luján. La tensión se palpa, el miedo se instala.
Rómulo, mientras tanto, prepara su salida definitiva del palacio. Pero antes de irse, entrega una carpeta sellada a Alonso, ante la mirada de varios nobles. ¿Qué contiene? ¿Es la llave que necesita Jana para acabar con sus enemigos?
Alonso, desesperado por salvar lo poco que queda del honor familiar, le suplica a Rómulo que se quede. Le ofrece dinero, apela a sus recuerdos, a su fidelidad. Pero el mayordomo es firme: “Es un asunto de vida o muerte”.
En el aire ya no queda lugar para las máscaras. Lisandro maquina un golpe final contra Adriano. Leocadia empieza a sentir que tal vez está siendo utilizada. Petra amenaza con hablar. Y Jana, más fuerte que nunca, se prepara para revelar toda la verdad.
¿Podrán detenerla? ¿O será La Promesa el escenario del final de una era?
🎭 La venganza tiene un rostro conocido. Y ha vuelto para cobrarse cada deuda.