En La Promesa, lo que debía ser el día más feliz para Catalina y Adriano se transforma en una pesadilla de proporciones insospechadas. La celebración íntima de su boda secreta es brutalmente interrumpida por Leocadia, quien irrumpe en el salón no solo con arrogancia, sino con una artillería de acusaciones que sacuden los cimientos emocionales de todos los presentes.
Leocadia acusa a Adriano de ocultar el pasado criminal de su padre, insinuando que su fortuna —y con ella la boda— están manchadas por dinero sucio. Para sustentar sus palabras, revela una carta escrita por el propio padre de Adriano, en la que no solo lo felicita por su enlace, sino que adjunta una suma considerable. El golpe es devastador. Catalina, completamente desconcertada, mira a Adriano sin saber si creer en su amor o en la verdad que Leocadia esparce con tanta convicción.
Adriano intenta defenderse con dignidad, asegurando que ese dinero jamás se utilizó para la boda, y que él no es su padre. Pero la semilla de la duda ha sido plantada. Como si esto fuera poco, el marqués de Luján irrumpe furioso en medio del caos. No solo se siente traicionado por su hija por no informarle de la boda, sino que también se ve obligado a escuchar las acusaciones que pesan sobre su futuro yerno.
Mientras tanto, Simona, testigo silenciosa de las tensiones, se arma de valor y lanza una bomba emocional: revela que Toño, lejos de ser víctima de un accidente, perdió una importante suma de dinero jugando en el casino. No solo eso: fue golpeado brutalmente por no pagar sus deudas, y el cobrador no era otro que Basilio, el mismo hombre que estuvo relacionado con el sabotaje de la hacienda y la muerte de Yana. La conexión entre todos los eventos comienza a tomar forma.
Paralelamente, en un rincón oscuro del puerto, Curro, Lóe y Ángela llevan a cabo una arriesgada misión para conseguir más información sobre Basilio. Su plan: enfrentarse a él en su territorio y sacarle la verdad. El riesgo es alto, y Curro debe entrar solo en los viejos almacenes. Aunque el miedo está presente, el deseo de justicia por la muerte de Yana los impulsa a seguir adelante.
En medio de este huracán de traiciones, secretos familiares y revelaciones inesperadas, Martina lidia con su propia batalla emocional. Jacobo insiste en adelantar la boda, pero ella comienza a ver señales inquietantes en su comportamiento. Su corazón, aún marcado por su vínculo con Curro, la hace dudar cada vez más de los verdaderos motivos de Jacobo.
Al mismo tiempo, Eugenia cae víctima del perverso plan de Leocadia y Lorenzo, quienes, mediante el uso de láudano, buscan que vuelva al sanatorio y desaparezca del camino. Pero Eugenia, aunque debilitada, guarda un secreto que podría destruirlos.
En el servicio, la tensión también se desborda. Emilia, cansada del trato distante de Rómulo hacia Pía, lo enfrenta directamente y le exige una explicación. Por primera vez, las paredes del silencio parecen resquebrajarse, abriendo paso a una posible reconciliación.
La boda de Catalina y Adriano es solo el inicio de un dominó de revelaciones que amenaza con destruir todo lo que los personajes han intentado proteger. El diario de Lorenzo, los crímenes del pasado, los chantajes de Leocadia, las mentiras de Jacobo, las deudas de Toño, la verdad sobre Basilio… todo converge en una tormenta perfecta que cambiará el destino de La Promesa para siempre.
¿Podrá el amor de Catalina y Adriano sobrevivir al escándalo? ¿Logrará Curro descubrir la verdad sin caer en la trampa de Basilio? ¿Y qué hará Eugenia con el secreto que guarda en silencio?
La Promesa se convierte en un campo de batalla donde la verdad duele, el amor se pone a prueba y la justicia parece estar al alcance… pero a un precio muy alto.