Del 5 al 9 de mayo, La Promesa se llena de giros, alianzas inesperadas y secretos que amenazan con dinamitar los frágiles equilibrios en el palacio. En el centro de esta semana cargada de tensión se encuentra una alianza peligrosa: Lorenzo y Leocadia unen fuerzas para silenciar a Eugenia, justo cuando ella comienza a recobrar su lugar y a levantar sospechas sobre los que la rodean.
Todo comienza con una noticia inesperada: Manuel recibe una considerable suma de dinero por parte del sargento Burdina. Este encuentro no solo trae alivio económico, sino también un anuncio inquietante: el juicio contra Cruz está cada vez más cerca. Manuel y Leocadia escuchan atentos, pero sus reacciones no podrían ser más distintas.
Mientras tanto, Ángela tiene la oportunidad de conocer a Eugenia. La impresión que se lleva es más que positiva, y no tarda en decírselo a Curro. La figura de Eugenia empieza a cambiar a ojos de quienes la rodean. Ya no es solo la mujer marcada por la enfermedad, sino una figura lúcida, fuerte, y cada vez más incómoda para quienes quieren mantener enterrada la verdad.
En paralelo, Catalina y Adriano deciden dar un paso crucial: aceptar la propuesta del marqués y casarse… en secreto. Saben que Leocadia intentaría impedirlo, así que excluyen completamente a la mujer de sus planes. Para la ceremonia, eligen a Simona como madrina, consolidando los lazos entre las clases del servicio y la nobleza. El padre Samuel será quien oficie el enlace.
Pero mientras florecen historias de amor en las sombras, otras se enredan. Pía comienza a angustiarse por la posible cancelación de la ayuda económica que la marquesa destinaba a su hijo. Entre las doncellas, el nombre que genera más susurros es el de Petra. Su repentino comportamiento amable levanta sospechas. No obstante, ha logrado algo positivo: consiguió trabajo para Alicia, lo que despierta sentimientos encontrados en el personal.
Pía, cada vez más curiosa y preocupada, se atreve a indagar en el pasado de Rómulo preguntándole directamente a Emilia sobre su relación con él. La tensión se eleva. ¿Se atreverá Emilia a decir la verdad? ¿Y cómo reaccionará Rómulo si se entera de estas averiguaciones?
El negocio de Manuel da un giro favorable: pueden conseguir la maquinaria necesaria a un buen precio, pero el tiempo apremia. Mientras tanto, Curro decide dejar de esconderse y revela toda su verdad a Eugenia. Su madre no tarda en reaccionar y enfrenta a Alonso con una pregunta punzante: ¿quién es realmente el padre de su hijo? Eugenia ha despertado y está dispuesta a enfrentarse a quien haga falta.
Mientras tanto, Catalina y Adriano siguen adelante con sus planes de boda secreta. Simona, enterada del enlace, le confía el secreto a Candela, quien promete no decir una palabra. Pero las preocupaciones de Candela se enfocan en otro asunto: Manuel ha enviado a Toño con dinero a Puebla de Tera, y el joven no regresa.
En otra esquina del palacio, la relación entre María Fernández y el padre Samuel se estrecha peligrosamente. La atracción es evidente y culmina en un beso… que Petra observa desde las sombras. La amenaza de ser descubiertos ya está sembrada.
Mientras la ausencia de Toño empieza a generar inquietud, Samuel sugiere a Martina que intente recomponer su relación con Jacobo. Justo entonces, ella descubre que él la vio abrazando a su primo. Un nuevo malentendido amenaza con hacer fracasar su compromiso.
Pero el golpe más fuerte de la semana lo da Lorenzo, quien no ha cesado en su intento por manipular emocionalmente a Eugenia con el fin de enviarla de nuevo al sanatorio. Curro, desconfiado, llega a preguntarle a su madre si cree que Lorenzo sería capaz de cometer un asesinato. La duda ya está sembrada.
Cuando Rómulo se entera por Emilia de que Pía ha estado escarbando en su pasado, explota de furia. Ni siquiera Ricardo logra calmarlo. La tensión en el servicio aumenta, y la figura de Rómulo, hasta ahora respetada, comienza a agrietarse.
Por su parte, Lóe descubre la verdadera identidad del mozo de Cuadra y, junto con Curro, traza un plan para encontrarse con él en el casino de Villalquino. Pero para lograrlo, necesitan dinero. Vera y Ángela se convierten en aliadas claves. Ángela, decidida a ayudar, toma dinero de Leocadia y se lo entrega a Curro, no sin antes exigirle explicaciones.
En paralelo, Eugenia conoce a los hijos de Catalina y siente un afecto especial por Andrés, a quien le recuerda a Curro cuando era niño. Este vínculo emocional vuelve a humanizar a Eugenia a ojos de todos, justo cuando más peligrosa resulta para Lorenzo. 
El punto de inflexión llega cuando Eugenia enfrenta a Leocadia con una verdad escalofriante: sabe quién es el verdadero padre de su hija. Esta amenaza cambia todo. Leocadia, acorralada y temerosa de que el escándalo estalle, decide hacer lo impensable: se alía con Lorenzo. Juntos acuerdan hablar con Alonso sobre la supuesta “inestabilidad mental” de Eugenia. Es un golpe sucio, desesperado, que podría devolver a Eugenia al sanatorio… o despertar una tormenta aún mayor.
Mientras los preparativos para la boda secreta de Catalina y Adriano avanzan, el peligro se intensifica. Curro y Lóe siguen adelante con su plan, y Petra, aunque intenta mostrarse cordial, no logra ganarse la confianza de nadie. El padre Samuel, sin embargo, se atreve a defenderla en público.
Finalmente, Toño reaparece. Pero no viene solo: trae una noticia tan inesperada que deja a Manuel completamente descolocado. ¿Qué ha ocurrido en Puebla de Tera? ¿Por qué tardó tanto? ¿Y qué consecuencias traerá esta revelación?
Con esta semana de La Promesa, queda claro que el pasado no está dispuesto a permanecer enterrado. Las alianzas se reconfiguran, los secretos se multiplican y la línea entre la lealtad y la traición se hace cada vez más difusa. Lorenzo y Leocadia creen tener el control, pero Eugenia no está dispuesta a ceder. Y en La Promesa, una verdad revelada puede cambiarlo todo.