La próxima semana en La Promesa será corta en días, pero intensa en emociones. Solo habrá cuatro capítulos (sin emisión el miércoles), pero cada uno estará cargado de decisiones tajantes, tensiones familiares y secretos que amenazan con desmoronar las ya frágiles relaciones del palacio.
Todo comienza con un gesto que para Curro es más una humillación que una muestra de disciplina: Alonso lo obliga a disculparse ante Lisardo por haberle hablado de forma inapropiada. El joven accede, pero con el corazón ardiendo de rabia. No tarda en echárselo en cara al marqués. El dolor por la muerte de su madre, Eugenia, sigue pesando en su pecho como una piedra. Pero solo hay una persona capaz de aliviar ese tormento: Ángela. Ella se ha convertido en su refugio, en su bálsamo. Sin embargo, Leocadia, siempre vigilante y estricta, presencia un abrazo entre ambos y decide intervenir.
La señora reprende con dureza a Ángela y, al ver que Alonso no logra controlar la cercanía entre su hijo y la joven, toma cartas en el asunto. La decisión que toma es devastadora para Ángela: la separación es inminente. Curro, que ya está desgarrado por el duelo, ahora tendrá que soportar la pérdida de la única persona que le brinda algo de consuelo.
Mientras tanto, en otro rincón de la finca, Manuel decide saldar la deuda económica de Toño, esperando que este actúe con dignidad y trate de recuperar a su familia. Pero Toño se niega. La actitud del hombre es incomprensible para Manuel, quien, más tarde, descubre un secreto que pone todo en tela de juicio: Toño y Norberta nunca estuvieron casados legalmente. La revelación deja atónito a Manuel, que no tarda en contarle la verdad a Simona. Ella, afectada, corre a compartir la noticia con Candela, abriendo la puerta a nuevas sospechas y conflictos.
Leocadia también arremete contra Catalina y Martina por haber despedido a Petra sin consultarle. Esta vez, Alonso respalda a la señora y les exige a las jóvenes que respeten su autoridad. Aunque las tensiones no terminan ahí.
Adriano, aún débil tras los incidentes del bautizo, regresa al palacio para continuar su recuperación. Pero la calma es solo aparente. Emilia y Catalina toman una decisión que claramente no le agrada al muchacho. Por otro lado, el comportamiento de Lisardo da un giro inesperado: después de que Adriano le salve la vida, pasa de ser frío y distante a mostrar una gratitud desbordante. El duque incluso anuncia que tiene un obsequio especial para el labriego, dejando a todos boquiabiertos. Cuando Catalina y su marido descubren cuál es el regalo, no pueden creerlo. La sorpresa se convierte en inquietud.
Y los misterios no se detienen. Ricardo le muestra a Rómulo una pulsera con una esmeralda que encontró. El mayordomo, desconfiado, le encarga que investigue su procedencia. Pía interviene asegurando que se trata de un obsequio personal con el que pretendía recuperar algo del pasado. Sin embargo, el asunto se complica. Junto a López, se infiltran en el despacho para recuperar la joya, pero lo que encuentran allí es mucho más inquietante que una simple pulsera: descubren una conexión directa con un veneno. Lo que parecía un adorno resulta tener implicaciones mortales.
Decididos a llegar al fondo del asunto, Pía, Curro y Lope toman una decisión peligrosa: probar el químico para confirmar si contiene cianuro. El riesgo es alto, pero la necesidad de saber la verdad es más fuerte que el miedo.
En otro frente, Samuel sigue obsesionado con el paradero de Petra. Nadie sabe dónde está, y lo que es peor, parece que a nadie le importa. Él insiste en que Petra no fue quien envió la carta que lo delató, pero no da más detalles. El cura se muestra evasivo, evitando a sus compañeros, lo que levanta aún más sospechas. María Fernández lo enfrenta directamente, exigiéndole una explicación. La respuesta de Samuel la deja sin palabras: una revelación que podría cambiarlo todo. La doncella lo insta a que cuente la verdad ante todo el servicio.
Y como si fuera poco, la semana cierra con una inesperada confesión: Rómulo y Emilia admiten ante Pía y Ricardo que están juntos. Cuando los cocineros se enteran de la noticia, comparten con la enfermera algo inquietante: han notado al mayordomo muy extraño últimamente. ¿Qué oculta realmente Rómulo? ¿Qué implicaciones tiene esta relación que hasta ahora se había mantenido en secreto?
Así se perfila la semana del 9 al 13 de junio en La Promesa: llena de decisiones que cambian el destino de sus protagonistas, verdades que se revelan a medias y una separación forzada que puede romper el corazón de Curro para siempre.
Leocadia ha dejado claro que no permitirá que el joven se acerque a Ángela, y aunque Alonso intente suavizar el golpe, la herida ya está abierta. ¿Podrá Curro resistir sin el apoyo de la única persona que lo comprende? ¿O se rebelará una vez más contra la voluntad de su padre?
Mientras tanto, los hilos del misterio se tensan: una joya envenenada, un cura que esconde algo, y secretos del pasado que amenazan con resurgir justo cuando todos buscan estabilidad. Nada es lo que parece en La Promesa, y esta semana, cada paso en falso puede tener consecuencias irreversibles.
No te pierdas los próximos capítulos. La Promesa se adentra en terrenos cada vez más oscuros… y fascinantes.