Una semana negra se cierne sobre La Promesa, y el palacio de los Luján se convierte en escenario de una tragedia sin precedentes. El bautizo de los mellizos, que debía ser una celebración familiar, acaba desatando una serie de eventos devastadores que cambiarán para siempre la vida de todos los personajes. Lo que comienza como un intento por mantener las apariencias, pronto se convierte en una espiral de caos, dolor y decisiones irreversibles.

Desde el lunes 2 de junio, los capítulos del 607 al 611 nos sumergen en una tormenta emocional y dramática. Catalina y Pía, con el corazón en un puño, intentan evitar que Emilia abandone el palacio. Saben que su presencia es vital, no solo para la salud de los pequeños, sino también como una figura de apoyo emocional en tiempos tan inciertos. Catalina incluso finge una dolencia para retenerla, un gesto desesperado que revela cuánto miedo tienen de perder lo poco estable que les queda.

Pero mientras ellas luchan por retener lo bueno, otros se empeñan en destruir lo poco que queda en pie. El padre Samuel es excomulgado por el obispado, un golpe durísimo para él y para quienes lo apoyan. María Fernández, firme en sus creencias, acusa públicamente a Petra de haberlo orquestado todo, dejando a la antigua ama de llaves en la cuerda floja. Petra niega rotundamente las acusaciones, pero las dudas comienzan a crecer, incluso entre quienes antes la defendían.

Martina, por su parte, empieza a desconfiar seriamente de su prometido, Jacobo, cuya relación con Lisandro, el duque de Carvajal Cifuentes, parece más estrecha de lo que debería. Las sospechas de Martina se intensifican, y el futuro de esa relación se tambalea. Jacobo se niega a confesar cualquier trato con el duque, pero la desconfianza ya ha echado raíces.

En medio de este huracán emocional, Curro se quiebra frente a Ángela. La presión, la culpa, el peso de los secretos familiares… todo se vuelve insoportable. Ángela, sin dudarlo, le brinda su apoyo, convirtiéndose en su única luz en medio de tanta oscuridad. Pero el verdadero infierno se desata con Eugenia. Lorenzo, con una frialdad inhumana, decide jugar con su ya frágil cordura. La manipula incluso en sueños, haciéndole creer que está perdiendo completamente el juicio. Y ella, rota, vulnerable, comienza a desmoronarse.

La situación se vuelve aún más peligrosa cuando Eugenia, en un ataque de desesperación, se queda a solas con los niños. Catalina, alarmada, le pide a Curro que intervenga de inmediato. La salud mental de Eugenia se ha deteriorado tanto que temen que pueda hacer daño a los pequeños. Curro intenta tranquilizarla, pero Leocadia sigue manipulándola desde las sombras, alimentando sus delirios.

La tragedia se concreta el jueves, en el capítulo 610. Eugenia, fuera de sí, huye del palacio llevándose consigo una pistola. Nadie sabe dónde está. Nadie imagina lo que está a punto de suceder. Durante el bautizo, irrumpe armada y, ante la mirada atónita de todos, secuestra al pequeño Andrés. Subida al torreón, amenaza con lanzarse al vacío con el bebé en brazos. Curro llega justo a tiempo para intentar evitar la catástrofe. Es una escena de tensión absoluta, en la que la vida de su madre y la de su sobrino penden de un hilo. ¿Podrá Curro salvarlos?

Pero mientras esta tragedia se desarrolla, otra bomba estalla en el interior del palacio. Rómulo comunica a Petra que, por decisión expresa de Catalina, está despedida. El escándalo de la excomunión del padre Samuel ha sido la gota que colmó el vaso. Petra, quien ha servido fielmente durante años, es ahora tratada como una traidora, como la gran villana del palacio. La noticia recorre los pasillos como un incendio, y la reacción no se hace esperar. Leocadia, furiosa por no haber sido consultada, choca frontalmente con Catalina, mientras Samuel se siente profundamente culpable por haber sido, aunque indirectamente, la causa del despido.

A la par, Toño empieza a confesar parcialmente su implicación en el robo del coche y del dinero, enfrentándose a la decepción y furia de su madre, la cocinera. Otro lazo que se quiebra. Otro secreto que sale a la luz.

Y mientras la tragedia alcanza su punto más álgido, una tímida esperanza florece en el corazón de dos personajes que parecían destinados a la soledad. Emilia y Rómulo, después de tanto acercamiento sutil, finalmente se entregan al amor con un beso cargado de emoción. En medio del caos, ellos encuentran un rincón de paz, una promesa de futuro que contrasta con el dolor que sacude al resto.

El capítulo 611, del viernes 6 de junio, muestra las consecuencias de todo lo vivido. El bautizo, que debía ser un día de bendiciones, se convierte en un antes y un después para la familia Luján. Marcará sus decisiones, sus relaciones, y su forma de ver el mundo. Nada volverá a ser igual. Los rostros de los asistentes lo dicen todo: shock, tristeza, incertidumbre.

Así, La Promesa nos regala una semana cargada de emociones al límite. Con Eugenia al borde del abismo, Petra despedida y el futuro de los Luján pendiendo de un hilo, la telenovela de las tardes de TVE se reafirma como un torbellino de pasiones, intrigas y tragedias. No hay vuelta atrás. Lo que ha pasado en el palacio ha abierto heridas profundas. Y ahora toca ver quién logra sanarlas… y quién queda destruido en el intento.