“Las paredes oyen… y a veces, también sentencian.”
Con cada paso que da en el palacio de los Duques de Carril, Lope se acerca peligrosamente al abismo. Lo que comenzó como una arriesgada misión encubierta para ayudar a Curro y hacer justicia por el intento de asesinato, se ha convertido en una partida mortal contra el mismísimo Duque Gonzalo, un hombre que huele la mentira como un sabueso entrenado y que no tiene piedad con los que traicionan su confianza.
Desde el inicio, todo se tuerce. Vera, con el corazón dividido entre el amor por Lope y la lealtad temerosa hacia su familia, intenta guiar a su novio por los oscuros pasillos de su hogar de infancia. Pero nada puede prepararlo para lo que vendrá. Lope se enfrenta cara a cara con Gonzalo, y la escena no puede ser más brutal: un interrogatorio feroz, un auténtico tercer grado que lo deja temblando. El Duque no da tregua, sus preguntas son afiladas, su mirada implacable. Y Lope, aunque valiente, comienza a perder pie.
Pero lo peor está aún por venir. Porque Lope pronto descubre que el objetivo no era solo averiguar quién atentó contra Curro… sino también desenterrar la verdad sobre la muerte envenenada de Jana, la hermana de Curro. Esa joven cuya piel se tornó azul, cuya muerte fue encubierta entre silencios y mentiras. Y en medio de todo este horror, una desaparición más añade terror al rompecabezas: Esmeralda, la encargada de la joyería, ha desaparecido sin dejar rastro. ¿Se ha escondido por miedo… o ha sido silenciada?
Mientras tanto, la relación entre Vera y Lope se tambalea. Ella no puede perdonarle que haya revelado su verdadero origen —que es hija del Duque— a Pía y a Curro. La traición, aunque justificada por la causa, ha herido su confianza. Y cuando la confianza se pierde… el amor se agrieta. Los celos de Federico, el hijo del Duque y hermano de Vera, alimentan aún más el fuego. Él presiente algo extraño en ese nuevo cocinero que pretende hacerse amigo… sin saber que en realidad es su futuro cuñado
La tensión escala hasta el punto de quiebre cuando Jacinto, el leal y siniestro secretario del Duque, empieza a sospechar de Lope. Y justo cuando todo parece perdido, Doña Amalia, la madre de Vera, aparece como una salvadora inesperada. Detiene a Jacinto en seco y evita que descubra la verdadera identidad de Lope. Pero nada es gratis en ese palacio. Amalia exige respuestas. ¿Qué hace un simple cocinero infiltrado en el corazón del poder?
La verdad es que Lope ha dejado de ser solo un cocinero. Su inteligencia, su valentía y su capacidad para improvisar lo han convertido en una figura clave en la batalla por la verdad. Su misión no solo busca justicia para Curro, sino también liberar a Vera de la sombra de su padre, un hombre cuya maldad contamina todo lo que toca.
Pero el tiempo corre. Lope está rodeado. Si falla, no solo lo pagará con su vida: también puede arrastrar consigo a Vera, a Pía, a Curro. Cada movimiento que hace es una apuesta contra el reloj… y contra un enemigo que nunca pierde.
¿Logrará Lope salir con vida del palacio? ¿Podrá desenmascarar al Duque sin destruir todo lo que ama? ¿Y será capaz de reconstruir su relación con Vera… o el miedo, la traición y la sangre los separarán para siempre?