Ferit se levantó esa mañana con el corazón rebosante de ilusión. Con un objetivo claro, se dirigió a la Facultad de Bellas Artes: quería inscribir personalmente a Seyran y regalarle un sueño que ella misma había enterrado entre renuncias y sacrificios. “Quiero darle una sorpresa”, dijo sonriente al personal administrativo, convencido de que ese gesto sellaría un nuevo comienzo entre ambos. Para Ferit, no era solo un trámite, era una declaración silenciosa de amor, un “creo en ti” convertido en acción.
Mientras firmaba los papeles, la atmósfera era perfecta. Recibido con cordialidad, escuchó elogios sobre el valor del arte y la importancia de quienes lo cultivan. Todo parecía alineado para un momento inolvidable. Pero esa armonía se rompió en mil pedazos en un instante.
De pronto, la vio. Allí estaba Seyran… y no estaba sola. Kaya la acompañaba.
El mundo de Ferit se detuvo.
La sonrisa que hasta hacía segundos adornaba su rostro se desvaneció. Su sorpresa había sido arruinada por una visión que no esperaba, que no quería ver. El gesto de amor se convirtió en un puñal silencioso. Ferit se sintió traicionado, engañado, invisible. Aquel acto que debía unirlos acababa de levantar un muro entre ellos.
Lo más doloroso fue descubrir que Seyran, quien días atrás había anunciado públicamente que renunciaba a sus estudios, estaba allí para gestionar una prórroga de su matrícula. No quería abandonar sus sueños, solo ganar tiempo, pero lo hizo a espaldas de él. Y no solo eso… lo hizo en compañía de Kaya.
Ferit no pudo evitar preguntarse: ¿por qué no confió en mí?, ¿por qué con él?, ¿por qué ahora?
Esa imagen —Seyran y Kaya juntos, hablando, compartiendo ese espacio sagrado de lo que pudo haber sido su nuevo comienzo— lo hirió profundamente. La idea de que la distancia entre ellos no era solo física, sino también emocional, se instaló en su pecho como una piedra imposible de mover.
Aunque la intención de Seyran no era herirlo, el daño estaba hecho. Ferit interpretó su silencio como deslealtad, su decisión como una traición emocional. Todo lo que había soñado para ese día se convirtió en una pesadilla personal. Y lo peor de todo es que se sintió completamente solo.
¿Qué significará este episodio para la pareja? ¿Logrará Ferit entender las razones de Seyran? ¿O esta herida será demasiado profunda para sanar? ¿Y cuál es el verdadero papel de Kaya en todo esto?
Mientras los engranajes de la historia siguen girando, Una nueva vida nos muestra, una vez más, que los caminos del amor están llenos de giros inesperados, de malentendidos, de decisiones difíciles… y de corazones que a veces se rompen intentando hacer lo correcto.
No te pierdas el próximo capítulo. Porque lo que acaba de suceder no es solo un desencuentro: es el inicio de un nuevo conflicto que pondrá a prueba la confianza, la lealtad y el verdadero significado del amor.