La noticia ha caído como un jarro de agua fría. Ferit apenas podía reaccionar. Pero ella lo ha dejado claro desde el primer momento: no ha vuelto para exigirle nada, ni para interferir en su vida. Solo necesitaba sacarse el peso de encima y confesarle la verdad.

“Estoy embarazada. Es tuyo”, le ha dicho con miedo. Ferit, superado por la situación, ha intentado recomponerse. No ha habido reproches, ni gritos… solo emoción. Y lo ha dicho todo: “Quiero estar contigo en esto. Quiero ayudarte”.

Antes de que Pelin se marchara, ha hecho la pregunta que le quemaba por dentro: “¿Es niño o niña?”. Pelin ha tardado unos segundos, pero lo ha dicho con una gran sonrisa: “Es un niño”.

Y en ese momento, Ferit se ha emocionado. No sabe qué rumbo tomará su vida ahora. No sabe qué ocurrirá entre él y Pelin, ni cómo afectará esto a su matrimonio. Pero sí sabe algo: dentro de ella está su hijo.