Avance Sueños de Libertad, capítulo 351, 16 de julio: Begoña, ¿Celosa de Cristina?

“Fue un milagro. Pero este secreto era su arma más poderosa.”

El amanecer del 16 de julio trajo consigo un aire pesado en Toledo, como si la atmósfera presintiera los secretos que estaban por desatarse. En la finca de los De la Reina, la normalidad era apenas una cortina que ocultaba el hervidero emocional de cada uno de sus habitantes. Y en una habitación, una mujer estaba a punto de cambiar el juego.

María Duque, hasta ahora postrada, luchaba desde su cama con una intensidad silenciosa. Cada músculo de su cuerpo parecía inerte, pero ella concentraba toda su energía en un solo dedo. Cuando el mínimo espasmo apareció, cuando su dedo se movió, una lágrima resbaló por su mejilla. Lo había logrado. Sin embargo, lo más impactante fue su decisión: nadie debía saberlo, al menos por ahora. Ese secreto le otorgaba el control, una ventaja silenciosa sobre todos. Si Andrés seguía creyendo en su indefensión, su devoción se convertiría en cadena. Y Begoña bajaría la guardia.

Fue entonces cuando Begoña entró con una bandeja. María interpretó a la perfección su papel de mujer frágil, agradeciendo incluso el gesto de haber contratado a Olga. “Voy a luchar”, dijo, con dulzura en los labios y frialdad en la mirada. Begoña, siempre intuitiva, sintió que algo no encajaba. Esa María agradecida, conciliadora, era más peligrosa que nunca. El juego había comenzado.

Mientras tanto, en la casa de los CarpenaIrene se sinceraba con Digna. Temblorosa, hablaba de Damián, de cómo su cercanía había removido algo dentro de ella. Digna la escuchaba, silenciosa, y cuando por fin habló, lo hizo con el peso de quien ya ha vivido ese mismo amor. Le confesó que ella misma había amado a Damián, mucho antes de su matrimonio con Victoria. Lo había amado y sufrido. Pero no advertía a Irene que huyera. Al contrario, le dijo: “Escucha tu corazón, pero mantén los ojos bien abiertos.” Las heridas del pasado no debían definir su futuro.

Avance del capítulo de 'Sueños de libertad' del miércoles, 16 de julio:  ¿Siente Begoña celos de Cristina?

En otro rincón de la finca, Damián de la Reina comenzaba a atar cabos sueltos. La renuncia abrupta de Raúl, su chófer, le había dejado mal sabor de boca. Sospechando que había más tras su salida, acudió a la única persona que podía conocer la verdad: Manuela, la cocinera. Bajo presión, Manuela terminó cediendo. Y lo que dijo dejó a Damián helado: Raúl se había marchado porque estaba enamorado de María. María le había dado esperanzas. Y luego lo había rechazado cruelmente.

La imagen que Damián tenía de su nuera se desmoronó en ese instante. La vio como una manipuladora, no como la inválida vulnerable que Andrés adoraba. La furia lo impulsó a marchar directamente hacia la habitación donde vivía su hijo con María.

Y mientras todo eso ocurría, Begoña, aún con el recuerdo de la escena entre Gabriel y Cristina, comenzaba a experimentar un sentimiento nuevo: celos. La cercanía entre ellos era evidente, y aunque ella no quería reconocerlo, su mirada lo delataba. El triángulo entre Begoña, Gabriel y Cristina empezaba a tomar forma.

Todo está por estallar. Un dedo que se mueve en secreto. Una mujer que finge agradecimiento. Un amor del pasado que aún arde. Una lealtad traicionada. Y un corazón celoso que comienza a despertar.

La pregunta es: ¿quién logrará mantener el control antes de que la verdad lo destruya todo?