Esta semana en La Promesa, los secretos salen a la luz, las alianzas se tambalean y los corazones se debaten entre el deber y la verdad. La mansión se convierte en un campo de batalla emocional donde cada gesto, cada palabra y cada silencio podría cambiarlo todo. En el centro de esta tormenta se encuentra Eugenia, decidida a desenterrar la verdad a cualquier precio.
Todo comienza con una noticia que sacude los cimientos del palacio: el juicio contra Cruz está por comenzar. El sargento Burdina no solo se presenta como un inesperado benefactor del proyecto de aviación de Manuel, sino que también trae consigo esta bomba informativa. Alonso, dividido entre su amor por Cruz y su sentido de la justicia, se muestra desconcertado. Pero Leocadia no tiene dudas: si Cruz es absuelta, su poder en La Promesa quedará en entredicho. La tensión entre ambos crece, con la mansión convertida en tablero de ajedrez donde cada movimiento es crucial.
Mientras tanto, Manuel vive días decisivos. Su sueño de construir motores de avión parece más cerca que nunca, gracias a que las máquinas necesarias han aparecido a un precio accesible. Pero el tiempo apremia y deberá tomar decisiones rápidas. La ayuda de Burdina es clave, pero también levanta sombras del pasado que podrían perseguirle.
En otro rincón del palacio, Eugenia decide que ya no puede vivir con más dudas. Tras una conversación íntima con Curro —quien, por fin, se atreve a contarle su verdadero origen y su investigación sobre la muerte de Jana—, Eugenia se enfrenta cara a cara con Alonso. Con voz firme y mirada desafiante, le lanza la pregunta que ha cargado durante años: “¿Qué sabes sobre el origen de mi hijo?”. La confrontación es brutal, y Alonso, por primera vez, queda sin palabras. Esta conversación no solo reabre viejas heridas, sino que marca el inicio de una cadena de revelaciones que cambiarán para siempre la vida en La Promesa.
La presencia de Eugenia inquieta también a Leocadia, que pronto se siente acorralada. El miedo la lleva a una inesperada alianza con Lorenzo. Juntos idean un plan turbio: convencer a Alonso de que Eugenia ha perdido la razón, y presionarlo para enviarla de vuelta al sanatorio. Pero Eugenia no está dispuesta a rendirse. Al contrario, da un paso más y enfrenta directamente a Leocadia con una afirmación demoledora: dice saber quién es el verdadero padre de su hija. Este golpe deja a Leocadia sin aliento y amenaza con destruir el frágil equilibrio que ha sostenido durante años.
En paralelo, Catalina y Adriano dan un paso importante en su relación: han decidido casarse en secreto. La ceremonia, oficiada por el padre Samuel, representa una unión íntima y valiente, lejos de los ojos de quienes podrían impedirla, especialmente Leocadia. Simona es elegida como madrina, y aunque el honor la emociona, también la abruma emocionalmente. Sin embargo, no todo será felicidad. Obstáculos inesperados amenazan con frustrar sus planes y, en La Promesa, el amor siempre tiene un precio.
Mientras todo esto ocurre, Curro y Lope urden un plan para enfrentarse a Basilio en el misterioso casino de Villalquino. Necesitan dinero, y Curro recurre a Vera y Ángela. Esta última, sin pensarlo, roba dinero a Leocadia y se lo entrega con una condición: que Curro le diga toda la verdad de ahora en adelante. Este pacto fortalece el vínculo entre ellos, que crece entre la lealtad y el peligro.
En el corazón del servicio, los ecos del pasado vuelven a resonar. Pía teme perder la ayuda económica para su hijo, y la tensión entre ella y Rómulo crece tras una conversación difícil con Emilia. Rómulo se muestra frío y cortante, mientras los demás criados empiezan a notar el ambiente enrarecido. Emilia guarda secretos que podrían cambiarlo todo, pero nadie sabe si decidirá hablar o volverá a callar.
Petra, por su parte, experimenta un sorprendente cambio de actitud. Su nuevo comportamiento compasivo —como conseguirle un trabajo a Alicia— deja perplejos a los criados, que no saben si confiar en este “nuevo corazón” o temer que sea una táctica más. La única persona que parece verla con bondad es el padre Samuel, que la apoya en su proceso de redención. Aun así, las dudas persisten: ¿ha cambiado realmente Petra o solo está jugando una nueva carta?
El regreso de Toño marca otro momento clave. Simona, que no ha dormido en días por la preocupación, lo recibe con una mezcla de alivio y desconcierto. Toño ya no es el joven fuerte y seguro que todos esperaban. Manuel, decepcionado, apenas puede esconder su tristeza. ¿Habrá recaído Toño en los errores del pasado? ¿Habrá huido con el dinero?
Y mientras las verdades empiezan a salir a flote, Lope avanza en su investigación sobre el falso mozo de cuadra. Todo lo lleva de nuevo al casino de Villalquino, donde espera encontrar respuestas no solo sobre esta identidad falsa, sino también sobre los oscuros detalles que rodean la muerte de Jana.
Eugenia, por su parte, vuelve a sonreír por primera vez en mucho tiempo. Conocer a los hijos de Catalina y, en especial, al pequeño Andrés, le despierta una ternura que creía perdida. En él ve reflejado al hijo que tanto amó, al niño que le fue arrebatado. Pero incluso esta alegría está teñida de nostalgia y dolor.
Las tensiones aumentan. La desconfianza se extiende por cada rincón del palacio. Las decisiones apresuradas, las alianzas frágiles y las verdades incómodas están empujando a todos al borde del abismo. En La Promesa, cada secreto descubierto da paso a una nueva traición, cada reconciliación lleva implícito un riesgo, y cada paso hacia el futuro está envenenado por los pecados del pasado.
Esta semana, nada será lo que parece. Eugenia, decidida a escribir su propia historia, se convierte en la voz de todas las madres silenciadas, en el reflejo de una verdad que ya no puede esperar. Y mientras ella alza la voz, otros tiemblan, porque saben que lo que viene no se puede detener.
¿Sobrevivirá La Promesa a la furia de los secretos revelados? ¿Podrán el amor, la justicia y la verdad abrirse paso entre tantas sombras? Todo esto y mucho más, del 5 al 9 de mayo, en los episodios más explosivos y reveladores de la temporada.