El capítulo 77 de Una nueva vida llega cargado de revelaciones, decisiones desgarradoras y giros que sacuden a todos los personajes. La tensión estalla desde el primer momento cuando Ferit se desploma en la habitación de Alice. Seiran corre a su lado, desesperada por despertarlo. Aunque logra incorporarse con dificultad y asegura que está bien, Sean lo mira con desconfianza, convencido de que se trata de un truco para evitar que la verdad salga a la luz. La discusión sube de tono: Seiran lo acusa de actuar a espaldas de todos para salvar la empresa, mientras él asegura que solo intenta evitar la ruina familiar. Ambos se enfrentan con palabras afiladas, hasta que Orhan irrumpe preocupado y Ferit pide hablar con Seiran en privado.
Ferit le asegura que no hipotecará la mansión, pero exige que ella no se involucre sin avisarle. No obstante, el tema de la hipoteca vuelve a encender las tensiones: Seiran lo enfrenta delante de Abidin y Suna, obligándolo a confesar que puso en riesgo la propiedad familiar para obtener dinero. Abidin se niega rotundamente a aceptar esa jugada, mientras Suna, dolida, le reclama por no haberle contado nada. El ambiente se vuelve cada vez más tenso hasta que, en medio de la conversación, Seiran lanza una inesperada frase que deja a todos sin palabras: “Pronto tendrás hijos”, dirigiéndose a Suna. La sorpresa de su hermana es evidente, y Sean bromea con la idea de tener sobrinos.
Al día siguiente, Ferit intercepta a Suna fuera de su casa. Ella se muestra distante, preocupada por las consecuencias de sus decisiones. Él insiste en que se encargará de todo, pero Suna teme que la empresa se derrumbe y Sean los odie por ello. En un intento de reconciliación, Ferit la acompaña al médico. En el consultorio, Suna implora respuestas sobre la salud de Seiran. La doctora, tras dudar, le revela una verdad dolorosa: Seiran tiene muy pocas posibilidades de tener hijos, y un tratamiento podría poner en riesgo su vida. A Suna se le rompe el alma. Cuando sale, Seiran y Ferit la esperan. Seiran, al enterarse de que su hermana fue al médico, sospecha de sus intenciones y se siente traicionada.
En medio del desconcierto, Seiran le cuenta a Ferit que también se sometió a pruebas de fertilidad. Aunque intenta restarle importancia, su rostro cambia al ver la expresión de Suna. “Estoy enferma. No quiero volver a tratarme”, confiesa Suna con voz rota. Ferit queda impactado. Pese a la tristeza, Seiran intenta animarla proponiendo ver una película romántica. Cuando Suna regresa al auto tras haber olvidado su teléfono, se detiene frente a Ferit con una decisión tomada: acepta la hipoteca.
Mientras tanto, Ferit sigue avanzando con su plan para salvar la empresa. Se presenta ante su abuelo con una propuesta firme y clara. Ha conseguido piedras preciosas, ha convencido a un importante socio… y todo está listo. Su abuelo lo observa con respeto y le entrega el anillo ancestral de la familia. Un símbolo de poder, herencia y responsabilidad. “Tú eres el haga ahora, Ferit”, declara con solemnidad. Ese gesto sella un nuevo destino para Ferit, quien ahora deberá cargar con el peso del linaje familiar.
Sin embargo, una revelación estalla con fuerza devastadora: Ferit enfrenta a Taifun exigiendo la verdad sobre el hijo que Betul espera. A la fuerza, lo obliga a confesar. Taifun, presionado, admite que él es el verdadero padre del bebé y que manipuló la prueba de paternidad, sustituyendo la muestra de sangre de Orhan por la suya. Ferit, furioso, llama a su madre para contarle todo. “Betul engañó a mi padre. Él no es el padre de ese niño”, sentencia. Su madre, conmocionada, le pide que espere antes de entrar a la casa. La traición ha sido expuesta.
Durante la cena, Alice reconoce públicamente el valor de Ferit por salvar a la empresa y su abuelo le entrega una pequeña caja con el anillo que lo convierte oficialmente en líder. “Es tu futuro”, le dice. Ferit siente que el peso del poder le cae como un vendaval. En ese momento, encuentra a Suna en el jardín. “Gracias por todo”, le dice él. Pero ella, aún dolida, lo cuestiona: “¿Serás capaz de llevar el peso de ese anillo sabiendo que la mujer que amas no puede darte hijos?” La pregunta golpea fuerte. Ferit, sin dudar, responde: “Si no podemos tener hijos, crearemos algo juntos. No es el fin. Es un nuevo comienzo.”
En la intimidad de su habitación, Seiran y Ferit comparten un momento emotivo. Ella confiesa su deseo de ser tía, y él expresa que quiere tener hijos con ella. Seiran, con una sonrisa, le recuerda que acordaron vivir sin prisa. Pero Ferit insiste: “La vida es corta, Seiran. Quiero una hija hermosa como tú.” Ella lo mira con ternura, sin responder del todo, pero él ya se imagina un futuro lleno de vida.
La tensión regresa a la mansión cuando Orhan confronta a Betul. Está decidido a poner fin al engaño. Pero antes de que pueda hablar, Icat interviene con sarcasmo, intentando desviar la atención. Orhan no se deja manipular: “El resultado de la prueba ha llegado. Betul está embarazada de mi hijo.” La mentira se desmorona y el escándalo se desata.
Fuera de la mansión, otro giro sorprendente detiene a Abidin. Una mujer mayor se le cruza en el camino, con lágrimas en los ojos. “Mi nombre es Sizek”, le dice. Él, desconcertado, pregunta quién es. “Soy tu madre”, responde ella, extendiendo los brazos para abrazarlo. Abidin queda paralizado, con el corazón temblando.
La noche culmina con una cena en familia. Ferit alza su copa: “Familia Coran, disfruten la cena. Muy pronto tendremos las primeras piedras preciosas en nuestras manos.” Gulgun lo observa con orgullo. “Estoy orgullosa de ti, hijo. Harás que esta familia sea más fuerte que nunca.” Ferit siente el peso del anillo en su dedo. Ya no es solo una joya, sino una promesa, un compromiso… y una advertencia. El futuro ha comenzado. Y no hay vuelta atrás.
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