¡Prepárate, porque en La Promesa se desata una nueva tormenta! En los próximos episodios, la llegada fulminante de Cristóbal Ballesteros como nuevo mayordomo marca el inicio de una etapa oscura y llena de intrigas en el palacio. Su llegada no es casual: llega con una carta de recomendación directa del temido duque de Carvajal y Fuentes, ese mismo noble que ha demostrado más de una vez que no mueve piezas al azar.
Desde el primer momento, Cristóbal se impone. Camina por los pasillos del palacio con autoridad, observa todo, toma notas mentales y estudia los gestos, como si llevara allí veinte años. Su mirada lo dice todo: no ha venido a hacer amigos, sino a poner orden… a su manera.
La familia Luján queda desconcertada, y entre el servicio empiezan los murmullos. Doña Petra Arcos, la gran señora del servicio, siente por primera vez el aliento de la vigilancia en su nuca, y lo que para algunos será motivo de tensión, para otros será un dulce ajuste de cuentas.
Pero lo más inquietante de todo es lo que se esconde tras su nombramiento. ¿Realmente fue decisión del duque? ¿O hay una mente más sibilina moviendo los hilos… como Leocadia? Recordemos que la señora Figueroa lleva tiempo expandiendo su influencia: controla las finanzas del marquesado, los negocios de Manuel, decide bodas, presupuestos y hasta puestos clave. ¿Y si Cristóbal es su nuevo peón para consolidar su dominio absoluto?
Don Alonso, el marqués, permanece sorprendentemente al margen. Aunque en teoría debía nombrar al sucesor de Rómulo —e incluso había considerado a Ricardo Pellicer—, la astucia de Leocadia parece haberlo dejado sin voz ni voto. ¿Por qué ese silencio? ¿Qué precio está pagando Alonso por los favores recibidos en los momentos más oscuros del marquesado?
Cristóbal llega con nuevas reglas para un nuevo juego. Su misión parece clara: vigilar, cortar privilegios y meter mano donde nadie se atrevía antes. Aquellos que se creían intocables pronto se verán bajo su lupa, y lo que hasta ahora era territorio seguro, como la cocina o los pasillos de servicio, ya no lo será más.
Además, su presencia altera el frágil equilibrio entre los de arriba y los de abajo. No le gusta ver a Catalina merodeando en la cocina, y no duda en señalar lo que le parece inapropiado. Lo que está claro es que en un lugar como La Promesa, donde todos guardan secretos, un mayordomo como Cristóbal puede convertirse en la mayor amenaza.
Pero no todo acaba aquí. Mientras Cristóbal establece su reino de control, otro regreso inesperado sacude el palacio. Un personaje que se marchó hace tiempo, acompañado de su madre, regresa ahora solo, con un pasado sin resolver y cuentas pendientes con su padre. Este retorno promete ser como un elefante en una cacharrería… y traerá consecuencias impredecibles.
La planta baja, donde tantas veces se ha fraguado la resistencia, se enfrenta ahora a un nuevo enemigo silencioso. Ya no hay confianza, ni siquiera entre los propios criados. La llegada de Cristóbal puede dinamitar la unidad del servicio y abrir una guerra soterrada que afectará incluso a los señores.
¿Será este nuevo mayordomo el instrumento definitivo de Leocadia para quedarse con todo?
¿Logrará Don Alonso recuperar el control o seguirá bajo la sombra de sus deudas?
¿Y quién es ese misterioso personaje que regresa para desestabilizar aún más el palacio?
Recuerda este nombre: Cristóbal Ballesteros. Cada paso que dé puede encender una chispa, cada mirada puede revelar una traición, y cada orden puede cambiar para siempre la historia de La Promesa.
👉 Esta tarde te lo contaremos todo en Gustav Televisión, en el Canal 2. No te lo pierdas, porque lo que viene puede hacer temblar los muros del palacio.