La trama da un nuevo giro inesperado en el más reciente episodio de Una Nueva Vida, y esta vez todo gira en torno a Felipe, quien sufre un fuerte revés emocional al ver a Serena llegar a la escuela acompañada de Caio. Aunque la escena le rompe el corazón, él se mantiene firme y no permite que Cássio ni nadie más la maltrate o la haga sentir menos en la mansión. La conexión entre Serena y Felipe parece más viva que nunca, y poco a poco ella vuelve a ganarse su confianza y afecto.

Mientras esto sucede, Otávio toma una decisión drástica: pone en marcha un plan para enfrentar las consecuencias de los actos del Sultán contra Dickley, lo que deja entrever que las intrigas familiares están lejos de acabarse.

Por otro lado, Isabela se convierte en una pieza clave al sorprender a Luna con una conversación cargada de insinuaciones, verdades a medias y confusión. Pero lo peor está por venir: Serena enloquece al atrapar al Sultán colocando pastillas en su café, una acción que aparentemente Isabela había ordenado para evitar que Serena quedara embarazada de Felipe.

La situación en la mansión explota. El escándalo obliga a Cássio a intervenir, furioso por lo que ha descubierto. Exige que el Sultán sea llevado a la mansión para rendir cuentas por sus acciones. Felipe, visiblemente afectado, también exige que Isabela traiga al Sultán de vuelta, determinado a descubrir la verdad y poner fin a las manipulaciones.

Pero si todo eso no fuera suficiente, el regreso de Paula sacude por completo el presente de Felipe y Serena. Paula, desaparecida durante un tiempo, vuelve embarazada de seis meses… y afirma que el padre del bebé es Felipe. Esta revelación deja a todos en shock, especialmente a Felipe, quien aún está procesando su reciente reconciliación con el gran amor de su vida: Serena.

La sorpresa del supuesto hijo con Paula lo deja sin palabras. ¿Será verdad? ¿O se trata de una estrategia para alejarlo de Serena y recuperar su lugar en su vida? Lo cierto es que Felipe queda emocionalmente desbordado, y en un impulso, decide salir de la mansión durante la noche, llevándose con él a Afonso, su confidente y apoyo más fiel.

Esa noche, lejos de encontrar calma, ocurren eventos inesperados que cambian aún más la dirección de su historia. En medio de esta tormenta emocional, el mayor consuelo de Serena llega a través de Gláuscia, quien se convierte en su soporte más sincero. La tensión crece cuando Raí descubre los planes y acciones del Sultán, lo que lo lleva a enfrentar directamente a Isabela, exigiendo explicaciones por lo ocurrido.

Después de un enfrentamiento lleno de tensión, Cássio decide cambiar de tema, consciente de que hay más por descubrir que lo que hasta ahora ha salido a la luz. Pero las heridas que han dejado estos eventos siguen abiertas y palpitan con fuerza.

Mientras tanto, Caio y Luna disfrutan de un día juntos, sin saber que el caos emocional de Felipe amenaza con cambiarlo todo. Felipe, aún en estado de shock, intenta asimilar la idea de convertirse en padre en medio de esta confusión. ¿Qué hará ahora que su vida está dividida entre el amor verdadero y una responsabilidad inesperada?

Pero el episodio no termina ahí. Paula vuelve a insistir con su historia: está embarazada, el bebé es de Felipe y no piensa apartarse fácilmente. Con nuevos planes en mente, parece decidida a recuperar su lugar, sin importar a quién tenga que dejar atrás en el proceso.

Felipe, enfrentando sentimientos contradictorios y presionado por las circunstancias, debe decidir si confía en Paula o si escucha a su corazón, que sigue latiendo por Serena. Pero ahora que todo ha cambiado, ¿podrá reconstruir lo que tenía con ella? ¿O esta nueva revelación marcará el final definitivo de su historia de amor?