Lo que parecía una despedida dulce para Rómulo, el mayordomo más leal de La Promesa, se transforma en un terremoto emocional que amenaza con sacudir los cimientos del palacio. En el capítulo más impactante hasta ahora, Rómulo interrumpe su propia boda con Emilia para desvelar una verdad que había guardado durante décadas: Leocadia ha sido la mente oscura detrás de una tragedia familiar silenciada durante años.
Todo comienza con un aire denso y melancólico que se apodera del palacio. Rómulo, ya con las maletas listas y su retiro planeado, recorre por última vez los pasillos que durante años fueron testigo de su entrega, rectitud y secretos enterrados. Cada gesto suyo, desde acomodar una jarra mal colocada hasta sus últimas instrucciones a María Fernández, lleva el peso de la despedida. Es entonces cuando don Alonso, conmovido por la historia compartida, le propone un regalo final: casarse en el jardín del palacio, con la bendición de todos y la familia presente.
Rómulo acepta, pero con una condición: que todo el servicio esté presente en su boda. El marqués accede con gusto, viéndolo como un gesto de justicia y gratitud. Pero lo que ninguno imagina es que Petra, la estricta gobernanta, se interpondrá con dureza, prohibiendo al personal abandonar sus funciones para asistir a la ceremonia. Para Petra, los criados no tienen derecho a una celebración en horas de trabajo, ni siquiera para honrar al hombre que lo dio todo por La Promesa.
La tensión estalla cuando Rómulo, tras enfrentarse con Petra, acude directamente al marqués. Alonso, furioso por la insubordinación, acude personalmente a la despensa y desautoriza públicamente a Petra, dejando claro que todos los criados asistirán, sin excepción. Petra, derrotada, acepta de mala gana, humillada frente a Rómulo.
Pero esto es solo el preludio del terremoto que se avecina.
Con todos reunidos en los jardines, rodeados de flores y con un ambiente de emoción, Rómulo interrumpe los votos nupciales. Su voz tiembla al principio, pero pronto se vuelve firme, resonando como una campana en el silencio del palacio: Leocadia no es la mujer fiel que todos creen. En un giro que nadie esperaba, el mayordomo la señala como la responsable de una tragedia familiar oculta por años, un crimen de lealtades rotas y manipulaciones que cambió la historia del marquesado.
El desconcierto es total. Cruz queda paralizada, incapaz de reaccionar. Catalina y Manuel intercambian miradas de incredulidad. Incluso Alonso, con toda su compostura, se tambalea emocionalmente. Nadie imaginaba que ese día, preparado para celebrar el amor y la libertad de Rómulo, se convertiría en un tribunal improvisado donde la verdad, largamente silenciada, saldría a la luz.
La confesión golpea especialmente a Curro y Martina, que comienzan a comprender las razones detrás del comportamiento errático y obsesivo de Leocadia. Rómulo revela que la tragedia que marcó al palacio –una muerte aún envuelta en misterio– fue, en gran parte, provocada por las decisiones egoístas y crueles de Leocadia. La revelación deja a todos sin aliento… y pone en marcha una reacción en cadena que cambiará las dinámicas de poder y lealtad en la casa.
Emilia, en shock pero decidida, le toma la mano a Rómulo. Juntos deciden continuar con la ceremonia. Porque aunque la verdad duele, también libera. Aunque el palacio arde en rumores y miradas de acusación, ellos entienden que este momento es suyo: el triunfo del amor, de la verdad y de una vida de servicio digno.
Pero La Promesa nunca deja que todo termine en paz. Justo cuando los votos están por concluir, una figura inesperada aparece entre los asistentes. Es alguien a quien creían perdido… o peor: muerto. Un milagro de último minuto que desafía toda lógica y amenaza con cambiarlo todo otra vez.
¿Podrá Rómulo comenzar su nueva vida con Emilia sin que el pasado lo arrastre una vez más? ¿Qué consecuencias traerá la caída de Leocadia? Y, sobre todo, ¿está el palacio preparado para un nuevo capítulo marcado por la verdad… o por una nueva guerra interna?
La Promesa se reinventa con este capítulo épico, donde el amor, la traición y la justicia colisionan en un clímax inolvidable.