En Sueños de Libertad, la máscara de Pelayo finalmente cae, y lo que queda al descubierto es a un hombre decidido a todo con tal de escalar en la política. En el capítulo de hoy, su ambición dejará de ser un murmullo para convertirse en una realidad palpable y peligrosa. Pelayo, interpretado con intensidad por Alejandro Albarracín, ya no es simplemente el esposo atento de Marta: ahora es un jugador más en el tablero del poder, y Marta, sin saberlo del todo, se ha convertido en su principal peón… o su mejor aliada.
La gran jugada comienza con una invitación: una cacería en Toledo, junto a las figuras más influyentes de la región. Lo que parece un simple evento social se revela como el escenario perfecto para que Pelayo dé el siguiente paso hacia su carrera política. Quiere hacer contactos, consolidar alianzas, dejarse ver… y lo más importante: demostrar que tiene presencia, carisma y una esposa ejemplar que lo respalde. Marta, que siempre creyó que su matrimonio estaba basado en el respeto mutuo, comenzará a notar que algo ha cambiado. Ya no es solo su compañera de vida: es la carta de presentación perfecta para su esposo ante la élite.
La serie nos mostrará sin filtros cómo Pelayo ha pasado de proteger a Marta a utilizarla estratégicamente. Su relación se ha vuelto una herramienta, una fachada cuidadosamente pulida para proyectar estabilidad y compromiso ante los poderosos. Y aunque Marta acepta acompañarlo, no tardará en sentirse desplazada, como una pieza decorativa en un escenario diseñado solo para beneficiar a su esposo.
Pero mientras Pelayo se mueve entre armas, sonrisas fingidas y apretones de manos, otras tramas hierven bajo la superficie. Gabriel, siempre atento a las grietas emocionales de los demás, detecta finalmente la tensión soterrada entre Tasio y Damián. Esa relación cargada de silencios, culpas y reproches será clave para los oscuros planes del recién llegado, que sigue tejiendo su red de manipulaciones en la sombra.
Por otro lado, María observa con satisfacción cómo la relación entre Andrés y Begoña se deteriora poco a poco. Para ella, ese distanciamiento es una victoria silenciosa, una prueba de que su control emocional sobre Andrés sigue intacto. Y mientras él se debate entre el deber y el amor, María sonríe por dentro.
El episodio también traerá un momento intrigante entre Gabriel e Irene. Su primer encuentro, lejos de ser casual, será un cruce cargado de tensiones ocultas. Gabriel, con su habilidad para leer entre líneas, sabrá extraer información valiosa de esa conversación, información que podría inclinar la balanza a su favor en el momento oportuno.
En otro rincón del relato, Gema, impulsada por las sospechas persistentes de Joaquín, intentará obtener respuestas de una mujer que podría ser clave para desenterrar la verdad. La investigación paralela sigue creciendo, mientras más hilos empiezan a entrelazarse.
El drama también tocará las puertas del hogar de Digna, quien insiste una vez más a su cuñada en que don Pedro actuó pensando en el bienestar de Cristina cuando decidió apartarla de Irene. Sin embargo, lo que para Digna fue un acto de protección, para Irene sigue siendo una herida abierta que no termina de cicatrizar. Las emociones se disparan, y las discusiones familiares amenazan con abrir grietas irreparables.
Y mientras todo esto ocurre, una nueva confrontación sacude a Luz. Dolida por la ausencia de Gema en su cita con el cardiólogo, exige una explicación. La tensión entre ambas amigas explota, revelando un desgaste emocional que se arrastra desde hace días. Luz, que siempre ha sido fuerte, comienza a sentir que está sola en un camino que debería estar compartiendo.
Con tantos frentes abiertos, el capítulo de hoy se perfila como uno de los más intensos de la temporada. La decisión de Pelayo de asistir a la cacería no es una simple salida de ocio. Es el símbolo de su transformación: ha dejado atrás al esposo amoroso para convertirse en un hombre de poder, dispuesto a usar todo lo que tiene —incluyendo a Marta— para llegar donde quiere.
La pregunta que queda es: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar?
Marta, por su parte, empieza a intuir que algo no encaja. ¿Podrá seguir siendo la mujer a la que una vez le juraron amor… o acabará convertida en un accesorio de campaña? ¿Y qué hará cuando descubra que su vida se está convirtiendo en un teatro político en el que no eligió actuar?
A medida que las tramas se entrelazan, los personajes se ven arrastrados a decisiones que podrían cambiarlo todo. Gabriel avanza con su plan. María saborea su aparente triunfo. Digna sigue justificando decisiones pasadas. Luz busca apoyo y no lo encuentra. Y Pelayo… Pelayo se lanza de cabeza al juego del poder, sin mirar atrás.
Sueños de Libertad lanza hoy un capítulo cargado de simbolismo, estrategias ocultas y emociones a punto de estallar. Pelayo ya cruzó la línea. Marta lo acompaña, sí… pero ¿por cuánto tiempo más?
Porque en esta historia, donde el amor y la ambición conviven en la misma casa, cualquier paso en falso puede tener consecuencias irreversibles.