El capítulo 335 de Sueños de libertad llega con un golpe directo al corazón: María, acorralada por el dolor, el rechazo y las duras palabras de Begoña y Andrés, toma una decisión desgarradora que estremecerá a toda la casa de los Reina.
En soledad, atrapada en su habitación y atormentada por el eco de las palabras que le repiten que Andrés no la ama y que podría internarla sin su consentimiento, María repite con desesperación: “Andrés es mío. Andrés es mío.” Su mente se nubla y decide acabar con todo. Saca el cuchillo que había escondido bajo la almohada… y se corta las venas. Pero antes de que la inconsciencia la venza, derriba una lámpara. Un último intento de ser salvada.
Manuela y Raúl, que estaban cerca, oyen el ruido. Al entrar, encuentran la escena más angustiante de sus vidas. Manuela grita: “¡Virgen Santa! Señora, ¿qué ha hecho?” y se apresuran a detener la hemorragia mientras Luz, alertada por teléfono, corre hacia la mansión junto a Begoña.
La intervención rápida de Raúl y Manuela es clave. Con pañuelos improvisados como vendajes, logran contener la pérdida de sangre. Mientras tanto, en la fábrica, Andrés discute con Tasio sobre el futuro del trabajador involucrado en el atropello a Salcedo. Pero todo se detiene cuando recibe la llamada: María ha intentado quitarse la vida.
Corre desesperado hasta la casa. Mientras tanto, Luz y Begoña llegan. La doctora constata que el pulso de María es débil, pero no fatal. “Se va a poner bien”, le asegura a Andrés cuando este llega con el alma destrozada. María, pálida y apenas consciente, logra susurrar: “Prefiero estar muerta que estar sin ti.” Andrés, roto, intenta calmarla. Pero ya es tarde: las heridas, físicas y emocionales, han quedado abiertas para todos.
La historia no termina ahí. En paralelo, en la fábrica y en la casa de los Carpena, otros dramas hierven a fuego lento.
Damián intenta una conversación de reconciliación con Irene. Le confiesa que Tasio es su hijo, fruto de una relación extramatrimonial, y que siempre estuvo presente, aunque en las sombras. Irene, dolida pero comprensiva, escucha. Sin embargo, también deja claro que no puede decirle la verdad a Cristina, su hija perdida y reencontrada, porque teme arruinarle la vida.
Don Pedro, por su parte, no planea quedarse de brazos cruzados. Aunque Irene le pide que detenga la guerra contra Damián, Pedro prepara su venganza. Sospecha que Gabriel no es quien dice ser y está convencido de que Damián oculta algo importante sobre él. “Voy a conocer a Gabriel en persona”, sentencia, justo antes de recibir una llamada que revela un nuevo frente de conflicto: Andrés no ha ido a la reunión con el abogado del seguro. Pedro, molesto, decide intervenir personalmente.
El capítulo 335 deja una estela de heridas abiertas, secretos al borde de estallar y corazones al límite. María ha cruzado una línea peligrosa. ¿Será este un grito desesperado por amor… o parte de un oscuro juego de manipulación? ¿Podrá Andrés perdonarse si algo le ocurre a su esposa? ¿Y qué descubrirá don Pedro sobre Gabriel?
🎬 No te pierdas este viernes 20 de junio el impactante episodio de Sueños de libertad por Antena 3. La tensión se desborda, el amor se mezcla con la culpa, y el peligro… está más cerca que nunca.
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