La próxima semana en La Promesa, el palacio se tambalea entre secretos, despedidas silenciosas y decisiones que cambiarán la vida de muchos para siempre.

El corazón de Emilia late con fuerza al escuchar la propuesta de Rómulo: el mayordomo ha decidido dejar atrás la finca y comenzar una nueva vida… a su lado. Emilia acepta feliz la idea, pero Rómulo le suplica discreción total. Lo que ninguno de los dos espera es que los rumores corren más rápido que sus intenciones, y pronto el servicio empieza a sospechar que algo grande se avecina. Sin embargo, alguien de la planta noble —alguien muy cercano a ellos— se anticipa a todo y no está dispuesto a dejarlos partir sin luchar.

Mientras tanto, un regalo inesperado de Lisardo descoloca tanto a Adriano como a Catalina. Lo que debería ser un obsequio amable se convierte en un enigma que ni ellos mismos saben cómo interpretar, despertando dudas, tensiones y la posibilidad de nuevas alianzas o rupturas.

Por otro lado, Leocadia cree haber ganado su particular batalla: logra que Ángela abandone La Promesa para retomar sus estudios en Zúrich, y de paso, alejarla de Curro. Pero la joven no está dispuesta a dejarse manipular. En un movimiento arriesgado y desafiante, Ángela se esconde en los jardines del palacio, decidida a seguir su propio camino. Leocadia, al descubrir la desobediencia, estalla y amenaza a Curro con despedirlo, mientras intenta dar caza a la joven rebelde. Pero ni siquiera su ira podrá detener lo inevitable: Martina, en secreto, rompe las normas y visita a Ángela, demostrando que aún queda lealtad en medio del caos.

En paralelo, el caso de Samuel sigue siendo una bomba a punto de estallar. María Fernández no se conforma con las palabras susurradas en la sacristía: quiere que el sacerdote lo confiese todo ante los demás. Y no es la única. Leocadia también mete presión, pero en sentido contrario: exige a Samuel que permanezca en La Promesa y que oculte al duque la verdad de su excomunión. Un dilema moral que amenaza con destruirlo.

En el ámbito de los negocios, Manuel toma una decisión que podría cambiar el rumbo de su futuro: responde afirmativamente a una oferta de compra por los motores. Pero lo que debería ser un paso adelante se ve ensombrecido por un inquietante descubrimiento: alguien ha estado revolviendo sus cosas —otra vez— en el hangar. Él y Toño están cada vez más convencidos de que hay un intruso acechando entre las sombras.

Por si fuera poco, Manuel comparte con Simona un momento íntimo y revelador: la visita que hizo al cementerio de Hann. Un gesto cargado de nostalgia que podría abrir nuevas heridas.

Las investigaciones de Curro, Pía y Lope también toman un giro macabro. Al fin descubren que el contenido del misterioso estuche no era otra cosa que cianuro. Un veneno mortal, una amenaza que podría haber terminado con la vida de cualquiera en el palacio. Decididos a llegar al fondo del asunto, planean volver a la joyería para buscar respuestas. Curro se ofrece como voluntario para vigilar… pero sus intenciones son otras. Quiere ver a Esmeralda, la dependienta, de nuevo. Lo que no sabe es que este impulso podría costarle caro: un error fatal se cierne sobre él.

Ángela, por su parte, persiste en su idea de quedarse acampada en los jardines, pero cada día la situación se complica más. Su determinación empieza a tambalearse ante los obstáculos crecientes. Lorenzo intenta mediar entre ella y Leocadia, elogiando la firmeza de la joven, aunque sabe que la reconciliación parece imposible. A diferencia del caso de Martina y Jacobo, donde ya no hay espacio para treguas: ella da por rota la relación. La desilusión la envuelve y se prepara para asumir las consecuencias.

Mientras todo esto ocurre, la inminente marcha de Rómulo comienza a filtrarse entre los pasillos del servicio. El ambiente se torna sombrío. La idea de perder al mayordomo, figura clave para todos, golpea con fuerza a sus compañeros. Pero lo que Rómulo y Emilia no saben es que hay alguien que ya ha descubierto sus planes y no está dispuesto a permitir que se marchen sin dejar un último impacto. Un enfrentamiento silencioso y cargado de emociones está a punto de explotar.

Así se avecina una semana intensa en La Promesa, donde el amor, la lealtad y los secretos volverán a cruzarse con la intriga, los celos y la traición. ¿Podrán Rómulo y Emilia escapar del peso de los vínculos que los atan al pasado? ¿Qué hará Ángela cuando se vea acorralada? ¿Y cuánto tiempo más podrá ocultarse la verdad tras las paredes de esta finca cargada de silencios?

No te lo pierdas: La Promesa, del 16 al 20 de junio, promete emociones a flor de piel y decisiones que lo cambiarán todo.