En el nuevo capítulo de Sueños de libertad, la tensión alcanza un nuevo pico con una decisión drástica que lo cambiará todo: Andrés, acorralado por la culpa y el caos que María ha desatado, le comunica a Begoña su determinación de renunciar a la tutela de Julia. Cree que alejar a la niña es la única forma de protegerla del veneno que su esposa ha esparcido por toda la familia. Lo que él no espera es que esta decisión provocará una tormenta aún más feroz dentro de los muros de la casa. Julia, confundida y herida, no entenderá por qué su mundo se desmorona, y María… María reaccionará con una ira incontrolable. El equilibrio que con esfuerzo habían logrado mantener se rompe en mil pedazos.

Mientras los cimientos de la familia tiemblan, Begoña se atreve a compartir con Andrés algo que lleva tiempo sospechando: cree que entre Marta y Fina hay algo más que una simple amistad. Andrés queda impactado por la insinuación, pero no se sabe aún si le dará crédito o lo tomará como una exageración producto del estrés. En paralelo, Marta intenta dar un paso más cerca de Fina, tratando de romper la tensión que las ha distanciado. Fina, aunque más tranquila desde que el detective ha desaparecido de sus vidas, no se muestra del todo abierta. El miedo y la vergüenza aún la encadenan.

Por otra parte, Joaquín y Gema sienten el peso de una nueva etapa: ser los padres adoptivos de Teo. El niño, rebelde y confuso, no quiere irse de Benavente. No entiende por qué tiene que dejarlo todo atrás otra vez. Pero su tío Marcial intenta darle un poco de esperanza, asegurándole que su futuro será más brillante junto a Gema y Joaquín. Es un momento de ternura, de despedidas, de promesas inciertas.

En un rincón más íntimo del relato, Manuela abre su corazón a su sobrina. Confiesa que hace mucho que no se deja amar por un hombre y que ese temor la llevó a huir de su cita con Gaspar. La revelación es profunda, dolorosa, y deja al descubierto las heridas que todavía no han cicatrizado. Pero no todo está perdido: Gaspar y Manuela tendrán una conversación sincera, quizás la más honesta de todas. Entre ellos todavía puede florecer algo más que un intento fallido.

Mientras tanto, Digna lucha con su propia batalla interna. Su última conversación con Damián ha removido los cimientos de sus decisiones. ¿Debe casarse con él o todo ha sido una farsa? Las dudas la corroen, pero más allá del futuro con Damián, lo que realmente la persigue es una pregunta devastadora que le lanza a Pedro: ¿pudo Inés haberse quitado la vida por su culpa? Pedro, al escucharla, empieza a ver a Damián con otros ojos. Tal vez su rival no es solo un manipulador… quizás es algo peor.

Y así, entre confesiones, despedidas, sospechas y decisiones desgarradoras, Sueños de libertad continúa su camino entre el amor y el dolor, entre la verdad y las máscaras, con cada personaje enfrentando su propio abismo. El futuro de todos está más incierto que nunca.

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