LA AMENAZA DE EUGENIA A LEOCADIA QUE EMPEZARÁ UNA GUERRA ENTRE ELLAS || CRÓNICAS #lapromesa #series

La calma en La Promesa se ha roto una vez más. Y esta vez, no por una simple intriga, sino por un auténtico terremoto emocional y familiar. Eugenia, en uno de sus momentos más lúcidos y desafiantes desde su retorno al palacio, ha lanzado una amenaza directa, helada y devastadora contra Leocadia… una amenaza que no solo destapa un oscuro secreto del pasado, sino que también siembra la semilla de una guerra que promete consumirlo todo.

Todo comienza con una conversación aparentemente inocente. Eugenia, serena y calculadora, menciona a una joven llamada Ángela. No es cualquier nombre: es una daga envuelta en terciopelo. Ángela no es solo un personaje más. Es el reflejo de un pasado que Leocadia ha hecho lo imposible por ocultar. Eugenia, en un tono entre nostálgico e irónico, le recuerda a su antigua amiga aquellos meses difíciles, cuando todo parecía a punto de estallar… cuando Leocadia sufrió un embarazo secreto tras mantener una relación que jamás debió ocurrir.

Lo escalofriante no es solo que Eugenia lo sepa. Es que también conoce la identidad del padre de Ángela. “Claro que sé quién es”, le dice, con una certeza que hiela la sangre. La revelación, aún no dicha en voz alta, cuelga como una espada de Damocles sobre la cabeza de Leocadia. Y ella lo sabe. Sabe que, si Eugenia habla, su mundo, su posición, su poder… todo se desmoronará.

Pero esta amenaza no es solo un ajuste de cuentas entre dos mujeres del pasado. Es el punto de partida de una confrontación que marcará un antes y un después en el palacio. Porque Leocadia, lejos de encogerse ante el golpe, reacciona con furia contenida. Ella no es una mujer fácil de intimidar. Y, tras la amenaza, empieza a mover sus piezas en el tablero.

Sabemos que Leocadia desprecia profundamente a los “bastardos de La Promesa”. Ha hecho todo lo posible por deshacerse de Curro, ha saboteado el enlace entre Catalina y Adriano, y ha manipulado conversaciones para desacreditar a los hijos de su enemiga. Pero, paradójicamente, Leocadia es madre de una hija ilegítima. Una hija cuyo origen ha ocultado durante años, quizá décadas. Eugenia, con solo un par de frases, ha puesto esa verdad al borde del abismo.

Y es que los posibles padres de Ángela no son personajes menores. Por un lado, se baraja al Barón de Linaja, padre de Cruz y Eugenia. Si esto fuera cierto, el escándalo sería mayúsculo: Leocadia habría tenido una hija con el patriarca de la familia, lo que explicaría por qué Doña Cruz habría ordenado a Rómulo que se deshiciera de ella tiempo atrás. Por otro lado, el otro candidato es nada menos que Lorenzo de la Mata, el esposo de Eugenia. Si esto fuera cierto, el drama es aún mayor: la mujer que fingía ser su amiga, Leocadia, habría sido amante de su esposo justo cuando Eugenia era víctima de los maltratos de Lorenzo.Uploaded image

Sea quien sea el padre, lo que queda claro es que Leocadia está aterrada de que esa verdad vea la luz. Y por eso, el paso lógico, aunque oscuro, es aliarse con su antiguo amante (o cómplice), el propio Lorenzo. Ambos comparten un enemigo común: Eugenia. Y juntos, empezarán a trazar un plan para sacarla del palacio… cueste lo que cueste.

La amenaza de Eugenia ha encendido una mecha que no tiene vuelta atrás. Y lo que está por venir huele a pólvora. Porque Lorenzo, por su parte, también empieza a mover ficha. En un intento de ganar ventaja, decide proponerle a Eugenia que se separen. Un gesto que, más que una salida elegante, parece una estrategia para aislarla emocionalmente, debilitarla… y dejarla indefensa. Pero Eugenia, con la fuerza que solo da el haber sobrevivido al infierno, le responde con firmeza: “¿Es que tú alguna vez has sido un buen marido?”. Palabras que duelen. Palabras que no se olvidan.

Mientras tanto, en el corazón del palacio, las tensiones aumentan. Todos comienzan a notar que algo no está bien. Las miradas entre Eugenia y Leocadia son cada vez más afiladas. Los silencios pesan. Las sombras del pasado amenazan con devorar el presente. Y en medio de todo, una joven, Ángela, vive sin saber que es el eje de una batalla que podría arrasarlo todo.

¿Qué hará Eugenia con la información que posee? ¿Se atreverá a revelar el nombre del padre de Ángela? ¿Podrá soportar la presión de Leocadia y Lorenzo, o se quebrará antes de dar el golpe final? ¿Y qué hará Leocadia si se siente acorralada?

Por ahora, lo que sabemos con certeza es que La Promesa ha cambiado. Lo que antes era un juego de poder silencioso, ahora se ha convertido en una guerra abierta. Una guerra donde los secretos son armas y las palabras, cuchillos.

Leocadia y Eugenia han cruzado una línea que ya no se puede desandar. Y quienes estén cerca… podrían pagar las consecuencias.

El palacio tiembla. Y esto… esto no ha hecho más que comenzar.

¿Quieres que te prepare el siguiente spoiler cuando continúe esta guerra?

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