En Sueños de Libertad, la tensión alcanza niveles insostenibles cuando Marta se ve arrastrada por su lealtad inquebrantable a la empresa familiar, incluso si eso significa traicionar lo más puro que tiene: su amor por Fina. La relación entre ambas se tambalea, amenazada no por un enemigo externo, sino por los muros que la ambición, el miedo y la desconfianza han levantado entre ellas.
Todo comienza cuando el detective Ruiz detecta una reacción inusualmente nerviosa de Fina en el laboratorio. La joven, al verlo inesperadamente, casi lo delata, dejando entrever que sabe más de lo que aparenta. Preocupado por la integridad de su investigación secreta para destapar a don Pedro Carpena, Ruiz toma una decisión drástica: enfrentar directamente a Marta.
El encuentro es frío como el hielo. Marta lo recibe con una mezcla de indiferencia y desafío, pero Ruiz no se achica. Va al grano: Fina se ha convertido en un riesgo. Marta, alterada, lo fulmina con la mirada y lo corta de inmediato. “Fina no está en su punto de mira, ni ninguna de las dependientas. ¿Le queda claro?”, le dice con voz firme. Pero Ruiz no cede. Con voz grave, le recuerda que su hermano le había pedido seguirla a ella, y que ahora trabaja para su padre con un solo objetivo: desenmascarar a los verdaderos enemigos de la familia.
El detective va más allá. Le advierte que cualquier paso en falso —de Marta o de Fina— podría arruinar el delicado equilibrio de su operación encubierta. Y aunque jura que Fina no le interesa sentimentalmente ni busca involucrarse más de la cuenta, le deja claro que no tolerará más errores. “Estoy aquí para proteger a su familia, pero si no me dejan trabajar, todos caerán”, sentencia con dureza. Marta, por primera vez, se queda sin argumentos.
Después de esa conversación tensa, Marta se dirige a la casa de los Montes, donde Fina la espera… rota. La joven está de pie junto a la ventana, la mirada perdida, el rostro endurecido por la frustración. Marta intenta hablar, justificar lo ocurrido. Pero Fina, con los ojos cargados de rabia, le lanza una acusación directa:
“No has cumplido tu promesa. Me crucé con ese hombre y me temblaron las piernas. ¿Qué está pasando contigo, Marta? Ya no confío en ti.”
Marta intenta calmarla, acercarse, explicarle que Ruiz no representa una amenaza real, que está de su lado. Pero Fina ya no escucha con el corazón. Le grita que ya no puede más, que vivir bajo esa presión es insoportable. “No quiero verlo más. Quiero que se vaya. Y si no puedes garantizar eso, entonces no quiero seguir contigo.”
El golpe es demoledor. Marta, con la voz entrecortada, intenta aferrarse a su amor:
“Fina, tú eres mi prioridad. No pongas en duda lo que siento por ti…”
Pero Fina no la deja continuar. “Tú solo sabes poner la empresa por delante. Al final Darío tenía razón… tú y Pelayo sois iguales. Vuestros apellidos pesan más que cualquier promesa. Incluso más que yo.”
La frase cae como una losa. Marta intenta replicar, negarlo, defenderse. Pero Fina, con la dignidad herida, recoge su abrigo y sentencia con frialdad:
“Digo lo que veo. Me voy. No quiero estar más contigo.”
Marta, completamente devastada, la ve marcharse sin poder detenerla. Las lágrimas brotan sin control. Todo lo que han construido parece venirse abajo, no por falta de amor, sino por decisiones que priorizan el apellido por encima del corazón.
Pero la pregunta es inevitable: ¿Es realmente el final? ¿Podrá Marta recuperar la confianza de Fina antes de que sea demasiado tarde? ¿O se confirmará lo que todos temían: que el apellido Montes condena a quien lo lleva a sacrificar todo, incluso el amor más verdadero?
Por otro lado, la amenaza de que Ruiz sea descubierto crece. El detective camina por una línea muy fina. Si su tapadera se rompe, no solo la misión fracasará, sino que podría poner en peligro a todos los implicados, incluidas Fina y la propia Marta. Los enemigos reales siguen al acecho. Y ellos no perdonan errores.
El siguiente capítulo de Sueños de Libertad promete ser crucial. La guerra entre amor y lealtad ya ha comenzado… y Marta está perdiendo en ambos frentes.
¿Será capaz de elegir por fin a Fina antes de perderla para siempre? ¿O se aferrará, una vez más, a ese legado familiar que la obliga a callar, obedecer y traicionar sus propios sentimientos?
💬 Cuéntanos en los comentarios qué crees que hará Marta. ¿Estás con ella… o con Fina?
Gracias por acompañarnos en este avance exclusivo de Sueños de Libertad. ¡No te pierdas el próximo episodio! Porque lo que está por venir… te va a dejar sin aliento.