El capítulo 347 de Sueños de libertad, emitido este martes 8 de julio en Antena 3, llega con una carga explosiva de tensiones, chantajes, decisiones cruciales… y un plan oscuro que podría cambiar para siempre el futuro de María. Damián, cada vez más acorralado, baraja la posibilidad de inhabilitar legalmente a su nuera para despojarla de todo poder en la fábrica. ¿Está dispuesto a todo con tal de no perder su trono?
Todo comienza con una misteriosa llamada telefónica. María, en la galería de la casa de la familia Reina, responde con educación: “Presidencia de la familia de la Reina”. Al otro lado está don Pedro, directo y sin rodeos: pronto habrá una junta para votar la propuesta de Luis sobre una nueva fragancia masculina, creada especialmente para el 25º aniversario de ‘Lavanda de la Reina’. La llamada no es inocente: Pedro quiere asegurarse del voto de María. Le recuerda el pacto que firmaron y exige una respuesta inmediata. María, incómoda pero firme, confirma: “Cuente conmigo”. Lo que no sabe Pedro es que Damián ha escuchado parte de la conversación…
Damián entra, con su habitual tono paternalista, intentando romper el hielo con una metáfora sobre los puzzles. María, que no olvida los desplantes del pasado, se muestra fría. “¿Qué necesita de mí?”, pregunta sin rodeos. Damián, tras unos rodeos, lanza su verdadera intención: también quiere su voto… y sabe que Pedro se le ha adelantado. El tira y afloja entre ambos empieza a subir de tono. María se mantiene firme y orgullosa, dejando claro que, esta vez, tomará decisiones pensando solo en sí misma. “He aprendido a mirar por mí, como hacen todos en esta casa”, lanza con sarcasmo.
Pero el conflicto no solo se cocina en los despachos. En otra escena, Pelayo llega tarde a su encuentro con Marta, visiblemente nervioso. Ha tenido una comida urgente con Miguel Ángel Vaca, quien le ha advertido que hay un nuevo y fuerte candidato al puesto de gobernador civil: Francisco Cárdenas. Marta intenta animarlo, pero Pelayo está claramente superado por la presión. Aunque ella le revela una noticia cargada de ternura —¡ella y Fina han decidido tener un hijo con él!—, la noticia no parece levantarle el ánimo. Él solo ve cómo su oponente, con una familia numerosa e impecable trayectoria, tiene todas las de ganar. Marta, dolida por la tibia reacción de Pelayo, le reprocha su falta de entusiasmo, mientras él intenta disculparse y recomponer la situación. Aun así, la semilla de la decepción ya ha sido sembrada.
De regreso en el despacho, Damián no tarda en reunirse con Gabriel para confesarle la verdad: Pedro está apoyando la propuesta de Luis, no por convicción, sino para socavar su autoridad. Y el problema va más allá de los perfumes. Si esa propuesta sale adelante, quedará claro que Damián ya no manda en la fábrica.
Gabriel, leal a su tío, le ofrece ayuda. Y es entonces cuando Damián suelta la bomba: está considerando inhabilitar a María. Gabriel se muestra escéptico, pero escucha. Damián saca todos los trapos sucios del pasado: el intento de suicidio, el aborto clandestino, el robo del bebé en la casa Kuna, el ingreso en un centro de reposo… Todo esto, según él, son pruebas de que María no está mentalmente capacitada para tomar decisiones empresariales.
Gabriel, algo más convencido, empieza a considerar la posibilidad legal. Cree que, con pruebas adecuadas y algún artículo en los estatutos, podrían lograrlo. “Haré todo lo posible”, promete. Para Damián, es el rayo de esperanza que necesitaba. Con una sonrisa sombría, le agradece la lealtad y el apoyo: “Una vez más, tengo que darte las gracias por todo lo que me estás ayudando”.
Mientras tanto, María se enfrenta al dilema de ser el voto decisivo en una batalla de titanes. En su interior, sabe que sus decisiones no solo afectarán a la empresa, sino a toda la red de lealtades, traiciones y heridas del pasado. Ella, con la fuerza de una mujer que ha sobrevivido a todo, se aferra a su independencia. Pero no imagina que su propio suegro está preparando un golpe legal que podría dejarla fuera de juego para siempre.
Este capítulo marca un punto de inflexión en Sueños de libertad. La lucha por el poder empresarial, los intereses políticos, los conflictos sentimentales y las traiciones familiares se entrelazan en un juego peligroso en el que nadie está a salvo. Las piezas se mueven en silencio, los aliados cambian de bando… y los enemigos más cercanos son los que comparten el techo.
¿Será Damián capaz de destruir a María con tal de mantener su poder? ¿Hasta dónde llegará Gabriel por lealtad? ¿Podrá Pelayo reconstruir la confianza con Marta y enfrentar la presión política? ¿Y María… logrará resistir el embate más cruel de su propia familia?
Lo sabremos en los próximos capítulos. Pero lo cierto es que, después del martes 8 de julio, nada volverá a ser igual en Sueños de libertad.